viernes, 10 de febrero de 2023

70xploitation: KOLCHAK, The Night Stalker. 50th Anniversary & BLACULA, Return of the King


No cabe duda de que ese aparente envoltorio aséptico de las perversiones ocultas en los hogares del ‘gótico americano’ del cine de horror de los años 80 es la nostalgia más rentable actualmente en los contenidos multimedia de genero. Sin embargo, habemos quienes nos decantamos por el inigualable esplendor de la violencia y la suciedad urbana que fue forma y fondo de buena parte del cine de horror de los años 70.

En fechas recientes dos obra sobresalientes en cómic retoman la trascendencia del cine y la TV Serie B, no sólo para explotar nuevamente un par de iconos, sino para profundizar en la propia mitología de los mismos, y de la misma manera explorar los códigos que han vuelto imperecederas a estas obras.




KOLCHAK, THE NIGHT STALKER. 50TH ANNIVERSARY.

Moonstone, 2002

Varios Autores

Editor: James Aquilone


El público espectador potencial que convierte en éxitos las docenas de series de ‘TV’ que se arremolinan en las plataformas por todos conocidas seguramente no tienen idea de quién es Carl Kolchak y, de hecho, no tendrían por qué saberlo. Pero hay que agradecer al sello Moonstone y a el editor James Aquilone por celebrar a este personaje y a sus creadores y autores, y recordarnos de donde provienen tantos mitos que hoy entretienen y sostienen a tantos espectadores y narradores.


El encanto del cínico, dicharachero y obsesivo reportero Carl Kolchak —interpretado por Darren McGavin, cuyo perfil ha sido notablemente respetado para su encarnación en los cómics— ha marcado a generaciones desde que se le vio por primera vez hace medio siglo a través de la televisión estadounidense —y de ahí a la de docenas de países—, con un par de brillantes filmes para la TV —The Night Stalker y The Night Strangler— y posteriormente con una popular serie en la que continuó con su investigación y cobertura de las notas y casos más extraños que lo enfrentaron con un fabuloso y estrambótico catálogo de entidades sobrenaturales: hombres lobo, zombies, demonios y, entre muchos otros, vampiros, por supuesto, y sin olvidar a un motorista sin cabeza. Sucesos que lo enfrentaron, igualmente, con la incredulidad de un mundo que se desmoronaba, pero que ha continuado sin aceptar los agentes externos que conspiran en su contra —las radicales diferencias entre Mulder y Scully son continuación de esta batalla ya seminal—.


Confeccionado por el periodista Jeff Rice, y definido y enriquecido por el gran novelista Richard Matheson para los dos filmes que lo lanzaron y su posterior serie televisiva, Kolchak fue un personaje y una saga que marcó y cautivó a un público que no ha dejado de crecer, por su acercamiento con el mundo urbano perfectamente reflejado a través de sus calles, sus habitantes y con los mismos miedos y fobias de los espectadores de una —y más— décadas donde los horrores de la vida real encontraban matiz figurado en las amenazas enfrentadas por Kolchak, y que desde entonces han sido parte central de la literatura que nos ha formado tanto en la ficción como en la nota diaria.


Desde 2002, Moonstone se ha encargado de publicar un buen número de miniseries y novelas gráficas por diversos autores, donde se ha continuado construyendo la mitología de este personaje. Y es ahora en el aniversario 50 del personaje que se ha publicado Kolchak, the Night Stalker. 50th Anniversary, una compilación de 12 historias nuevas que se reparten a través de siete décadas de trabajo periodístico del personaje, con elocuentes resultados en algunos casos.



La crónica de vida de Kolchak con lo sobrenatural arranca desde los tempranos años de estudiante y llega hasta principio de este nuevo siglo y milenio, con un desenlace que parece serlo todo: lírico, explosivo, esperado, inesperado y obvio… de cierta manera.


A través de las historias vemos ciertos cambios de paradigmas con el paso de los años, y el tapiz blanco que se va apoderando del cabello del protagonista, pero la intención profesional del personaje y, sobre todo, el inequívoco sombrero blanco en su cabeza como acentuación de su estado disonante frente a la incredulidad social, permanecen intactos.


Enumerar la pasarela de monstruosidades a las que se enfrenta Karl Kolchak durante las más de 170 páginas de historieta de este compendio, sería echar a perder buena parte de la sorpresa que guarda; pero digamos, que no faltan las interesantes variaciones o reelaboraciones de clásicos, así como el mismo enfrentamiento de Kolchak con lo extraordinario en contextos históricos que conocemos, y sin olvidar la revelación de cómo fue que se hizo de su clásico sombrero y, como ya se mencionó, del impactante final del propio Kolchak.


En este tipo de antología estamos acostumbrados a encontrarnos tan sólo con entretenimiento, por decirlo de alguna manera; pero en este caso se nos revelan interesantes datos de su vida y de su desenlace; es decir, esta serie de historias valoran de igual manera el entretenimiento y el peso de los hechos para el personaje.


El libro incluye dos interesantes y significativas introducciones, una firmada por James Rice y la otra por Richard Christian Matheson, ambos autores descendientes de los iniciadores —junto al realizador y productor Dan Curtis— de esta mitología hace medio siglo en la TV; y en el caso del hijo del autor de “Soy Leyenda”, también colabora en este libro con una historia, que se convierte en su primer trabajo para cómic. Entre la sobresaliente lista de escritores reunidos, se encuentran Peter David (The Incredible Hulk), Nancy A. Collins (Sunglasses After Dark, Swamp Thing), Kim Newman (Anno Dracula), Steve Niles (30 Days of Night), Rodney Barnes (Killadelphia, Blacula Return of the King) y, entre otros, el propio Aquilone.


Y en el terreno del dibujo, artistas como J.K.Woodward, Szymon Kudranski, Colton Worley, Warwick Cadwell-Johnson, Paul McCaffrey y, entre otros, Gabriel Hardman, quien escribe e ilustra, ofrecen notables traslaciones a los dibujos.


En Kolchak, the Night Stalker. 50th Anniversary hallamos un notable coro de distintas voces que unen talentos para un sólo objetivo: celebrar y subrayar la labor de Carl Kolchak, un periodista que siempre buscó la verdad… por más extraordinaria que esta parezca.


Kolchak, the Night Stalker. 50th Anniversary fue producido gracias a una exitosa campaña de Kickstarter, pero para todo aquel que no pudo adquirirlo en aquel momento, puede hacerlo directamente aquí: Monstrousbooks.com.




BLACULA, RETURN OF THE KING

Zombie Love Studios

Por Rodney Barnes y Jason Shawn Alexander


1972. Mientras Carl Kolchak enfrenta en Las Vegas a un vampiro de sangre europea a través de la pantalla de la televisión, en una buena cantidad de salas de cine surge un nuevo antihéroe en el marco de la blaxploitation: Blacula… efectivamente, un vampiro para consumo de un sector muy especifico de los espectadores de cine, aunque radicalizando el carácter aristocrático de la figura del vampiro hacia la de la esclavitud africana.


Así, el príncipe africano Mamuwalde —interpretado por William Marshall— que en 1780 acude a Transilvania acompañado por su esposa, Luva, para solicitarle en visita oficial al Conde Drácula finalice con su comercio de esclavos, como respuesta es sometido y convertido en vampiro por el propio Conde, quien lo condena a la vida eterna encerrado en un sarcófago mientras escucha morir a su esposa y, entre risas de Drácula, escucha que lo bautiza con el mote de Blacula.


En tan sólo unos cuantos minutos de prólogo, el filme dirigido por William Craine, y escrito por Joan Torres, Raymond Koening y Richard Glounor, resume perfectamente el rencor histórico de una cultura y raza cuyo pesar y coraje podría estar simbolizado por la burla del “Rey de los Vampiros”.


Volvemos a 1972, y Mamuwalde es reanimado azarosamente y provocando una epidemia vampírica en las calles de Los Ángeles, que lo enfrenta con su propia raza y sin poder hacer a un lado una maldición que carga desde siglos atrás.


Aunque Blacula, el filme, fue en buena parte un éxito mediano de su época, ha sido una fuente de referencia e inspiración incluso desde entonces. El escritor Rodney Barnes es uno de los espectadores que quedó marcado por esta experiencia fílmica, y hoy, medio siglo después del estreno de esta obra, realiza una espectacular secuela en cómic, respaldada por las explosivas ilustraciones de Jason Shawn Alexander.



Blacula, Return of the King, así, se convierte en la tercera resurrección de Blacula (tomando en cuenta la secuela fílmica Scream Blacula Scream, de 1975), y un enfrentamiento nuevo con la modernidad y su más antiguo enemigo.

Las calles de algunos barrios de los Ángeles comienzan a bañarse con sangre a la par que van desapareciendo por docenas habitantes de las mismas. En principio se considera que se trata de ajustes de cuentas entre pandillas rivales; sin embargo, cuando pintas con el nombre de Blacula, comienzan a propagarse el rumor de que un viejo mito que provocó un baño de sangre en los años 70 ha regresado de la tumba… sin embargo, el príncipe Mamuwalde parece ser nuevamente víctima de una estratagema del centenario Rey de los Vampiros.


Blacula, Return of the King, no enfrenta al vampiro africano con un mundo que le lleve una ventaja de 200 años, como en el primer filme; sin embargo, las diferencias de los años 70 del Siglo XX a los de la segunda década del Siglo XXI hablan igualmente de formas de pensar y comportamiento totalmente distintas. Blacula ahora, ante el enemigo común, encuentra aliados en los descendientes de sus víctimas, y la comprensión de un mundo que puede ser dirigido desde un celular puede resultar complejo.


Barnes, por supuesto que traza muy bien el encontronazo de un ser sobrenatural antiquísimo con el presente, y todos los elementos permiten la pertinente discusión de razas y credos. Pero, ante todo, el escritor se plantea construir una secuencia lógica en el mito de Blacula, lo que arroja entonces un entretenido y divertido relato de vampiros que encuentra una espectacular ejecución en los expresivos trazos de Shawn Alexander, dueño de un lienzo de oscuridad y carmesí donde el encuentro entre lo expresionista y naturalista arroja un producto perfecto para el tema, como ya lo han demostrado esta dupla de autores en su celebrada saga de Killadelphia (Image Cómics, 2021 al presente).


Normalmente, cuando un producto de esta índole deja abierto su final, el lector mayormente se lamenta tras haber experimentado un claro ejemplo de explotación sin ton ni son; en el caso de Blacula, Return of the King, el final abierto se agradece y es la promesa de que se continuará con una narrativa que se debe a la explotación, pero ya desde la perspectiva que ofrece el paso del tiempo, un añejamiento que permite ver aspectos que anteriormente fueron denegados y que ahora, con su sello Zombie Love Studios, el propio Barnes promete entregar obras de explotación de calidad. No podría haber mejor noticia.