viernes, 27 de marzo de 2009

Love and Rockets


A pesar de que en este espacio se ha hablado en varias ocasiones de Love and Rockets, de vez en cuando continúan perguntándome sobre esta obra maestra en constante evolución. Tal parece que el texto que leerán abajo aún no ha sido leído por varios interesados, a sí que procedo a subirlo nuevamente, tras prácticamente un par de años que se públicó originalmente en el suplemento El Ángel, del diario Reforma, con motivo del cuarto de siglo de esta obra de los hermanos Hernández. No está de más recordar que esta obra se ha convertido ya en una publicación anual, y a mediados de 2009 aparecerá el número 2 de esta nueva etapa del título.

Jaime y Gilbert Hernández han vivido inmersos en un universo de cultura pop y popular… que no es lo mismo. Su pasado familiar se remonta a Chihuahua, México, aunque su historia personal se ha escrito en Oxnard, California. El caldo de cultivo en el que han laborado, por tanto, se compone del cine de Russ Meyer como del protagonizado por luchadores; de las épicas en colores apelmazados de Jack Kirby como de la crónica costumbrista de La Familia Burrón; de la escena punk angelina como del mariachi y la norteña mexicana. Tanto del milagro mexicano como del sueño americano.

Ese rico encuentro ha ofrecido desde hace 25 años la historieta Love and Rockets (por supuesto, Daniel Ash, Davi J. y Kevin Haskins tomaron de aquí el nombre de su banda de rock), un mosaico como pocos de chicanos, pochos, y algunos mexicanos y estadounidenses, habitantes de pueblos ficticios, aunque de realidades bien construidas a partir del ojo clínico de sus autores.

Los Hernández durante este cuarto de siglo han logrado una narrativa apabullante: una prosa rica en matices, detalles y un peso psicológico admirable. Con esto podría ser suficiente, pero los Hernández son autores redondos, escriben y dibujan.

Es con ese último aspecto el que parece colocar a estos autores un peldaño adelante al de sus colegas contemporáneos. Porque a los Hernández, como es de esperarse, se les ha intentado celebrar con etiquetas que los bautizan como autores descendientes de Federico García Lorca, y el realismo mágico de Gabriel García Márquez e Isabel Allende, aún cuando ésta última comenzó su carrera en el mismo momento que los historietistas.

Indudablemente existen puntos en común en la narrativa de estos contadores de historias más allá de la nacionalidad latina, ese amasiato del realismo con lo fantástico entendido como variaciones de la misma existenciaestá presente en Love and Rockets.



Pero la narración y la crónica desarrollada por los hermanos Hernández parecen encontrar a estas alturas mayores logros si hablamos del encuentro de la ilustración y la palabra en sus viñetas. El talento de los Hernández demuestra que en la historieta el dibujo no trabaja como un condensador de la narrativa escrita, sino que funciona como parte de una unidad con la palabra misma; es decir, más que un diálogo, un apoyo mutuo, entre las imágenes y los vocablos la presencia de ambos elementos parece funcionar entonces como el movimiento de una sola entidad, ambos se entrelazan y a tiempos componen la evolución de una misma voz.

Si los personajes de los Hernández nacieron teniendo ya una madurez envidiada por los de otros autores que se quedan esperando durante toda una carrera profesional, hay que ver la increíble evolución que estos han tenido en su cuarto de siglo de vida.

En el mundo de la historieta existen muchos personajes que han permanecido décadas imprimiéndose mensual y hasta semanalmente en comic books o en diarios; pero realmente escasos son aquellos que permanecen por varios años siendo realizados por su autor original y, sobre todo, presentando una evolución en su figura y carácter, algo casi impensable en un mundo en el que Bruce Wayne y Peter Parker no han envejecido más allá de un cuarto de su vida en 70 y 40 años, respectivamente, de historia.

Cuando en 1982 apareció Love and Rockets, el pasado reciente de los Hernández como jóvenes activos de la escena Punk se percibía claramente: el primer número fue producido de manera independiente -se tiraron tan sólo 1000 ejemplares que se distribuyeron como fanzine, de mano en mano y a través de correo. Éste cayó en manos de Gary Groth, fundador del sello Fantagraphics y editor de The Comics Journal -revista igualmente importantísima en el desarrollo de la historieta independiente-, y decidió que esa sería la punta de lanza de su esfuerzo editorial, hoy mismo escuela innegable de la historieta estadounidense experimental.



Aquel primer número resultó explosivo e interesante, sin duda; pero nadie imaginó lo que iba a suceder con el discurso de los chicanos. Mario, el mayor de cinco hermanos Hernández, fue quien detonó el proyecto, Beto presentó BEM (una locura de monstruos y ciencia ficción) y Jaime presentó MechanX (un extraño pastiche de aventuras, ciencia ficción y realismo mágico).

Pero cosa de tres números después los cambios fueron radicales: los personajes de Jaime dejaron la isla africana en la que se encontraban varados en medio de dinosaurios y una revolución, para regresar al pueblo de Huerta (la versión de Xaime de Oxnard) y persistir el día a día; Beto, por su parte, terminó con las formulas fantásticas para desarrollar una crónica de vida y generaciones en el pueblo de Palomar, el arquetípico pueblo latinoamericano. Los personajes de los Hernández, aunque distintos y en escenarios diferentes, logran reflejar la misma incertidumbre ante la vida que sus lectores conocen. Se trata del trabajo de narradores consumados.

Y fue entonces que ya nadie paró a los Hernández. La experiencia y la práctica como historietistas y narradores se las dio la vida misma: desde niños aprendieron a convivir en una casa pequeña entre historietas; su madre lectora ávida de este medio fue quien les legó el gusto por el mismo y por hacer dibujos en base a los personajes que más les agradaban a cada uno. Mario se alejó de la historieta conformé las mujeres y otros intereses entraron en su vida, y cuando veinte años después se interesó de nueva cuenta se sorprendió al ver que Jaime y Beto habían continuado creando sus historias y depurando, de la nada (bueno, si es que la vida es nada) su estilo.

Y así, en 1982 apareció el primer número de Love and Rockets, producto de fuerzas naturales y del espíritu del Punk: “hazlo tú mismo”. Tal vez la crónica latinoamericana más sorprendente en la historieta, hecha por un par de autores trascendentes para el Realismo Mágico, y quienes lo enriquecieron en un momento en el que no sabían, siquiera, de la existencia de un libro que se llamó Cien años de soledad.

jueves, 19 de marzo de 2009

Otro chance para leer a Tardi


Por mucho que uno intente alejarse lo más posible del cómic de superhéroes para tener una idea más global de la historieta, la enorme oferta de este género termina por acaparar casi siempre nuestra atención y los espacios de discusión. El reciente fallecimiento de José González nos permite poner la vista por unos instantes en el multifacético cómic europeo, y los recuerdos e imágenes son como un cubetazo de agua fría en el rostro que nos despierta.

Una de las editoriales que parece constantemente echarse cubetadas de agua, sin duda, es Fantagraphics. En tres décadas de historia, este sello ha logrado presentar muchas de las propuestas autorales más valiosas del cómic norteamericano (con esto me refiero a Estados Unidos, Canadá e incluso México), así como infinidad de obra europea.

Y la más reciente adquisición de este sello es una bien importante, pues a partir de agosto inicia un proyecto para presentar la obra del historietista francés Jacques Tardi, quien sin duda se encuentra entre los arquitectos de la historieta moderna (de los años 70 del siglo pasado, al presente).

Por el momento, dos son los títulos confirmados a publicar: Le petit bleu de la Côte Ouest (West Cost Blues / El Blues de la Costa Oeste, 2005) e Ici même (You Are There / Tú estás ahí, 1979), el primero es una adaptación a la novela de Jean-Patrick Manchette, y el segundo es la que es considerada la primera novela gráfica francesa, escrita por Jean-Claude Forest (autor de Barbarella) y dibujada por Tardi.

De Tardi, cuyos primeros trabajos fueron ilustrando algunos guiones de Jean Guiraud a finales de los años 60, en la pasada década pudimos ver algunas historias publicadas por Dark Horse y NBM en Estados Unidos. Roach Killer (Exterminador de cucarachas, título original: Tueur de cafards, 1984) es una de las obras que pude leer de este autor, la cual fue primeramente seriada en Estados Unidos en la antología Cheval Noir de Dark Horse, y posteriormente recopilada en un libro por NBM. Esta historia de, obviamente, un exterminador de cucarachas en Nueva York, pesadillas nazis y extraños personajes asesinos, aunque no me hizo mucha coherencia sí me dejó marcado.

Poco después una amiga me regaló una edición española de Ici même, y el trabajo de Tardi ante mis ojos se reforzó. Esta surrealista historia de un individuo que vive a lo largo de la valla de concreto que resguarda la mansión de su familia, es un soliloquio increíble. Kim Thomson, editor y cofundador de Fantagraphics, es uno más de los lectores que han caído hechizados ante la obra de Tardi. Y su interés por el trabajo del autor francés culmina con este esfuerzo del sello por comenzar a publicarla (traducida por el mismo Thompson). Si tienen oportunidad, chequen estos libros.




martes, 17 de marzo de 2009

José González en los brazos de Vampirella


Iniciando esta semana laboral en martes en la oficina, me recibe en internet la noticia de que el maestro José González falleció el lunes, 16 de marzo, a los 70 años y tras un coma prolongado dias atrás.
Este artista barcelonés no dibujó personaje alguno de DC o Marvel cómics; no respondió a moda alguna o tendencia mercadotécnica. Si acaso, respondió a la pulsión de una generación de geniales ilustradores españoles que trastocaron considerablemente la escena de la historieta mundial a través del trabajo que hicieron para las publicaciones del sello estadounidense Warren Comics.
En especial, y para su disgusto, González alcanzó notoriedad con su versión de Vampirella, que a través de docenas de episodios lo hicieron un clásico. En el caso de esta autor su notoriedad no fue a raíz de los personajes en que trabajó, sino que su labor hizo brillar a los personajes. Aunque su celebridad fue mayor en los años 70 a raíz de su encuentro con la exiliada del planeta Drakulon, ésta fue la misma razón por la que se alejó de la historieta y desde entonces en mayor medida se dedicó casi exclusivamente a la ilustración.
Como su colegas generacionales y coterraneos (Gonzalo Mayo, Esteban Maroto, Luis García, Isidro Munes, Luis Bermejo, Auraleón, Sanjulián), González no estaba delimitado por las piruetas Pop de la historieta estadounidense, sino más bien por la pintura clásica y vanguardista, especialmente la naturalista: en estos autores las fronteras de las viñetas estaban rotas como si se tratara de un óleo y no una página de historieta.
Un grande de la historieta se ha ido; necesitamos urgentemente más como él en la historieta contemporánea.



jueves, 12 de marzo de 2009

Special Forces


El día de ayer, miércoles 11 de marzo de 2009, llegó a las tiendas de cómics el número 4 y último de Special Forces, miniserie escrita e ilustrada por el maestro Kyle Baker, y editada por Image Comics.

En junio del año pasado escribí sobre esta serie debido a un suceso inaudito (más abajo rescato el post), y formó parte de mi lista de lo mejor de la historieta publicada durante 2008 (nuevamente, pues en 2007 el número 1 también se perfiló en esta lista): ahora caigo en que para completar esta historia Baker se llevó cerca de año y medio, y solamente unos cuantos creo que la pelamos (aunque ayer, el mismísimo gurú Tom Spurgeon, en su http://www.comicsreporter.com/ mencionó que parece finalmente que la gente comenzó a darse cuenta que ésta se trata de una gran historia). Bueno, el caso es que finalmente la historia ha finalizado, y qué magnífica es.

Baker, para quienes no lo ubiquen, es un historietista afroamericano (¡qué correcto!) que comenzó a surgir a mediados de los años 80 dibujando y entintando para varios títulos superheroicos de Marvel con una soltura que a varios nos cautivó. No obstante, este maestro dio el brinco con su novela gráfica Why I Hate Saturn, editada en 1988 por DC Comics. En ésta, Baker no sólo dejó claro el gran dibujante que es, sino igualmente el gran cronista de las neurosis y fantasías cotidianas. Desde entonces, de forma heroica este autor no se ha casado con una idea y menos ha permitido que lo logrado impida su constante experimentación. Al día de hoy, Baker suma en su obra varias novelas gráficas, tanto independientes como por encargo, colaboraciones varias para el cómic mainstream y, sobre todo, su reciente etapa con The Bakers, una serie de cómics que hacen de él y su propia familia un delicioso elenco de comicidad de altos vuelos (de hecho, este maestrazo actualmente está trabajando un proyecto de animación para la Fox con estos ‘personajes’), y todo editado por su propio sello.

En esta última etapa entra Special Forces (ya como parte de una alianza coeditorial con Image), en la que Baker crítica e ironiza sobre el ejército estadounidense, a partir del reclutamiento de un soldado autista y su encuentro con una buenérrima soldado. El desempeño de ambos soldados en manos de Baker se convierte tanto en una fuerte crítica al sistema armado gringo, en el que hasta personas ‘especiales’ han formado parte de sus filas en momentos de crisis (Baker lo documenta en la misma serie), como una explosiva y lasciva aventura de acción marcial.

Special Forces es, por igual, un espectáculo de piruetas en el montaje y la narración, y una franca queja a su gobierno y a la aún reciente irrupción de éste en Irak. La combinación que Baker hace de momentos realmente crueles y fuertes (la simple presencia del soldado 'discapacitado' en tal contexto, o el asalto de niños mutantes), con la voluptuosidad femenina y el campo de batalla como un escenario fílmico prácticamente, conforman una obra que a ratos resulta emocionante, indignante, triste, explosiva, amoral, heroica, y valiente; finalmente, Baker demuestra ser un autor genial. Special Forces es una pieza que no hay que dejar pasar; de hecho, Baker comenta que en verano estará disponible la recopilación. A continuación, el post mencionado.


¡Sí, que vayan y que chinguen a su madre!

No ustedes, amables lectores y colegas; sino unos ociosos sin futuro. Les cuento:

El día miércoles [24 de junio de 2008], mi madre me comunica que por la tarde fue a la casa la chica que se encarga de llevarnos la correspondencia (del Servicio Postal Mexicano), y que muy alterada le comentó que un paquete nuestro le había sido robado. La chica realmente alterada y preocupada quería saber si era muy importante el paquete, y si queríamos que se nos pagara de alguna forma. Explicó que el paquete era triangular y que fue extraído de la maleta donde guarda la correspondencia, cuando subió a un edificio a hacer una entrega. Mi madre le dijo que tenía que preguntarle a sus hijos, porque no sabía quién de ellos esperaba un paquete y qué decisión querría tomar. Así que la chica quedó de pasar al siguiente día (es decir, ayer jueves), a las 3 de la tarde.

Mi hermano no esperaba paquete por el momento, así que el envío era para mí. Esperaba un par de recopilaciones (MAD Archives Volume 2 y Tales From the Crypt Volume 1), así como un original del fabuloso historietista Kyle Baker (de su comic Special Forces), y el cual esperaba más tarde, pues quien me lo envío lo hizo con una semana de retraso a la marcada originalmente.

Como en ocasiones algunos libros me han llegado en envoltorios muy peculiares para que no se maltraten, pensé que el susodicho paquete contenía los dos libros y que presentaba tal forma para evitar los esquinazos.

La noche la pasé encabronado porque mis libros estaban en manos de quién sabe qué hijodeputa sin ética y principios, creo que la moral no existe. Y preocupado por la misma chica de correos, pues no había podido hablar yo con ella y supongo que estaba realmente preocupada. Yo había decidido pedir que se me pagara el paquete, en caso de que el Servicio Postal lo hiciera; si la chica lo tenía que pagar de su bolsillo, no iba a pedir nada entonces. Fue un accidente, y ya me imagino las furias con las que tienen que verse estos trabajadores. Yo he tenido la fortuna de contar con buenos carteros y, por tanto, yo no los voy a perjudicar.

Le pedí a mi mamá que le comunicara a la chica mi resolución. Y poco después de la cita, recibo una llamada de mi madre diciéndome que ¡el paquete fue encontrado! Y que no se trataba de los libros, sino ¡del original! En ese momento quise madrear a alguien, pero no supe a quién.

Entonces mi jefa me platicó la extraordinaria historia del original de Kyle Baker en Culhuacán, transmitida por Vero, la cartera: mientras el miércoles esta chica subía a un edificio a entregar una correspondencia, unos hijosdeputa del Colegio de Bachilleres (instituto que se encuentra enfrente de donde ocurrió la acción), riendo, decidieron husmear en la maleta y sacar un coqueto paquete que parecía una especie de Toblerone tamaño Monster. Lo abrieron, y como sólo vieron dentro un papel enrollado ‘sin chiste’ decidieron aventarlo sobre la calle, mientras se empujaban y reían como ‘buenos chicos’. Todo este suceso fue visto por uno de los trabajadores de limpieza que recolectan la basura en la colonia, mientras el paquete era apachurrado constantemente por los vehículos que transitaban. Entre la basura que recogió el trabajador vio que el paquete, entonces ya un cartón apachurrado, llevaba una dirección de la zona, por lo que decidió apartarlo para dárselo al siguiente día a Vero, a quien conocía. Llegó el jueves, Vero hizo su ruta y se encontró con el trabajador de limpieza, quien le entregó el paquete y quien, con dicha acción, la sacó de un apuro enorme. Ella no sabía que yo no estaba interesado en meterla en problema alguno, pero en el Servicio Postal ya le habían dicho que tenía que llegar a una resolución conmigo, y que el problema podía llegar hasta los tribunales, pues se trataba de un paquete registrado, por lo que su pérdida era un delito federal.

El original, como pueden ver ahora en la imagen arriba, presenta varias marcas de los dobleces que sufrió bajo las llantas de los vehículos, pero finalmente llegó a mis manos, tal vez no sano, pero sí salvo.

Ya lo dijo Alex Lora: “Al que obra mal, se le pudre aquello”. Así que a los estudiantes involucrados más les vale que se cuiden, porque con sus pendejadas no van a llegar lejos.

viernes, 6 de marzo de 2009

Día Cero


Pues hoy es el gran día. Hay que salir a la calle vistiendo playera con estampado de la carita feliz y su mancha de sangre (si no tienen una así, empleen el método Seymour: agréguenle una mancha de cátsup), o con una máscara de Rorschach, o desnudos y con el cuerpo pintado de azul… bueno, creo que la primera opción es la más viable.

He visto ya por segunda ocasión Watchmen y continúa impactándome. Es cierto que algunos momentos funcionan mejor en la obra original (la explicación al cierre del filme es un tanto esquemática, pero es necesaria para entender tanto elemento del compló, y bueno… desde Psycho, de Hitchcock, podemos recordar sobreexplicaciones en grandes filmes), pero igualmente hay nuevos hallazgos en el filme. Vayan a verla y den su opinión.

-En Cineteca Nacional se realizó una premiere del filme el día de ayer (Jueves 5), y para la ocasión se montó una exposición con reproducciones de algunas páginas y viñetas, en la Sala 1. El filme desafortunadamente no estará en exhibición en este espacio, pero pueden ir a Cineteca y checar la exposición (aparentemente estará un par de semanas más) y de paso aventarse una película (de hecho en dicha Sala 1, se está exhibiendo una película sueca de vampiros que parece es la ostia: Déjame entrar).

-Las parodias a Watchmen no se han hecho esperar y, al menos, he podido conseguir dos: Whatmen?!, escrito por Scott Lodbell y dibujado por Alejandro Figueroa, es editado por IDW y se trata de una parodia muy pobre. Compuesto de chistes malos y babosos, ahora recordamos porque el paso de Lodbell en los X-Men no es recordado.

En el otro aspecto, el número más reciente de MAD, el 499 con Alfred E. Neuman como Rorschach en la portada, nos presenta la esperada parodia del filme, y chiste a chiste nos recuerda porqué esta revista es un clásico. El guionista Desmon Devlin se ríe con Watchmen bien sabroso, y el dibujante Tom Richmond logra ese nivel y estilo de caricatura marca MAD, que dibujantes como Mort Drucker y Angelo Torres hicieron célebre. Y como prueba de lo brillante de esta sátira es aquel cuadro en el que Laurie amargamente le dice a Dan: “!Eres como una de esas series de cómics mega evento!: ¡Nada pasa realmente!” A lo que Dan contesta: “Creo que debí decirte que hay una Crisis en mis pantalones”. Ja ja ja ja ja ja ja.


-Alguien en cierto momento preguntó, y por si les resulta de interés: El número de este mes de Rolling Stone México, contiene la entrevista que realicé con Zack Snyder y visita a su oficina en los Warner Studios. La revista Conozca Más de este mes presenta una amplia cobertura sobre el fenómeno Watchmen y el Apocalipsis, del cual el texto principal y algunos recuadros son de mi autoría. Y ya metidos en Watchmen, chequen el interesante montaje de información que el colega Olivier Fuentes realizó en su nota de Watchmen en la revista Cinemanía de este mes, y por ahí chequen la filmografía comentada que realicé de Brian de Palma (aunque se les haya pasado meter mi crédito).

-UPDATE: Ayer mismo (Jueves 5) adquirí mi copia del primer tomo editado por Vid de Watchmen. Desafortunadamente no he tenido el tiempo para hacer la comparación de esta edición con la estadounidense original [YA LO HE HECHO]. No obstante, puedo comentar lo siguiente: el papel utilizado tanto para la pasta como para los interiores no es precisamente de muy buena calidad; la pasta es muy delgada y con variaciones en la definición de los contornos de una a otra copia, y en los interiores las variaciones en la intensidad de los colores es múltiple, hay páginas con muy buena calidad, hay otras con los colores muy bajos, y hay otras en la que incluso hay barridos en las tintas. Curiosamente, lo mejor de la edición me parece que es la traducción adjudicada a un Prof. Carlos Rivera, se trata de una traducción fiel al sentido de las palabras del maestro Moore, aunque me parece que hay varios improperios que fueron ablandados (tengo que checarlo directamente con mis copias, aunque de ser así, me parece que se trata de un patético caso de autocensura editorial) [HE COMPARADO LA TRADUCCIÓN CON EL ORIGINAL, Y NO, CREO QUE NO HAY NINGÚN TIPO DE CENSURA. AUNQUE ME PARECE QUE ALGUNAS PALABRAS HABRÍAN FUNCIONADO MEJOR QUE LAS QUE UTILIZARON, AUNQUE UNO SIEMPRE TENDRÁ SU PROPIA OPINIÓN]. Por otro lado (nuevamente tendré que checarlo con la recopilación gringa en libro), en las páginas que dan título a cada capítulo aparecen solamente el título, y los créditos de los autores están ausentes (que sí aparecieron en la edición original de 12 cómics) [EFECTIVAMENTE, LOS CRÉDITOS FUERON ELIMINADOS DESDE LA RECOPILACIÓN ORIGINAL EN CADA CAPÍTULO, Y SOLAMENTE PUEDEN VERSE EN LA VERSIÓN ORIGINAL DE MAXISERIE DE 12 CÓMICS]; no recuerdo si en la recopilación gringa quitaron esos créditos a cada tanto pues, finalmente, aparecen al principio del libro. Y bueno, algo que resulta muy molesto para los lectores que ya conocíamos la obra, es la utilización de un rotulado mecánico, pues recordemos que en la obra original el mismo Dave Gibbons se encargó de la rotulación, lo que es parte integral de la obra. Creo que un esfuerzo sobrehumano para hacer un trabajo manual en este aspecto lo habríamos agradecido mucho. Un informado texto del colega Jorge Tovalín, al final del tomo, enumera datos importantes sobre la obra, aunque creo que en este caso habría sido interesante que respetaran la integridad de la original, no incluyendo textos ajenos. Creo que esta edición hace 20 años nos habría hecho humanos más felices en México pero, a estas alturas, el bajo control de calidad mencionado puede amargarnos. Prometo poner al día mis dudas [YA LO HE HECHO. CUMPLIDO ESTÁ].


-Como algunos de ustedes sabrán, Alan Moore y su obra: Realidades construidas, es un libro de mi autoría que ya está editado por Stonehenge Books. El libro costará en librerías alrededor de 100 pesos, y por correo 65 pesos más costos de envío (saliendo así prácticamente en lo mismo en ambos servicios). El editor de éste, Sergio Santiago Madariaga, me había dicho que el libro estaría hasta fin de mes en librerías, pero afortunadamente esto se ha acelerado y tengo entendido que en el transcurso de la siguiente semana ya estará en Gandhi, El Sótano y Librerías del Fondo de Cultura Económica (para fin de mes, ésa sí, en librerías Educal). Los lectores del interior de la República tal vez quieran aprovechar el servicio por correo, y pueden checar más datos en http://www.samsaraeditorial.com/, o pedir formatos de pago y etc. a samsara.editorial@gmail.com.
Esto es algo que el talentoso narrador mexicano Alberto Chimal nos regalo para la contraportada del libro:
“El escritor británico Alan Moore es, sin exageración, un genio y un artista visionario: uno de los pocos que tenemos en este siglo XXI. Polémico, ferozmente independiente, no ha recibido aún todo el reconocimiento que merece, pero entretanto, además de que su obra —que abarca novelas gráficas y novelas en prosa, performance y más— habla por sí misma, tenemos también libros como éste, en el que Mauricio Matamoros Durán examina la carrera de Moore, conversa con él y nos revela numerosas claves de su vida y su trabajo”.