martes, 22 de noviembre de 2011

Black Jack Volume 15

Black Jack Volume 15

Publica: Vertical Inc.

17 dólares

Para los primeros años de los años 80, Black Jack parecía comenzar a perder un poco de fuerza (recordemos que la serie finalizó en 1983): Los casos médicos comenzaban a ser demasiado rebuscados y las resoluciones médicas perdían fuerza y los desenlaces, por ende, parecían quedar incompletos.

Esto, por supuesto, lo digo con dificultad y de manera un tanto insensible, pues el nivel de esta obra de Osamu Tezuka seguía siendo impresionante en términos generales y como parte de su mismo corpus autoral. Finalmente, mantener esta saga durante diez años, a tan buen nivel, y a la par de la realización de otras obras, nos demuestra claramente el gran nivel autoral de Tezuka.

Tal vez lo extraordinario de forma integral ya no era tan fácil lograrlo en las entregas mensuales de esta obra, sin embargo, seguía sucediendo de vez en cuando, y la espera mensual para nada que era mal correspondida.

Así, tal vez, tras la lectura de quince volúmenes el lector de BJ esté un poco insensible e incapacitado para opinar cabalmente sobre un volumen en específico de la saga (y a la cual le restan tan sólo dos más para finalizar); sin embargo, haciendo un esfuerzo y comparando, la trascendencia de la obra logrará salir a flote.

El Volumen 15 de Black Jack se compone de 14 historias repartidas en cerca de 300 páginas. Cada una de poco menos de 20 páginas y autoconclusivas. De tal forma, que podemos inferir el talento que debe tenerse para entregar mensualmente historias que tengan un desarrollo, nudo y desenlace, y con elementos tan intrincados como los de BJ, en ese corto número de páginas.

Tezuka elabora un melodrama de amores imposibles y culpas a partir de las cirugías plásticas y el éxito en los espectáculos (A Star is Born); a partir de un padecimiento que de sus víctimas prácticamente hace vampiros, crea un relato gótico (Dedicated to Dracula); de una niebla perniciosa y una mujer obstinada hace un relato de desesperación dilatada (Fog); salvar de un cáncer a un enfermo no es cualquier cosa cuando éste se trata de un ganador del Premio Nóbel por un supuesto medicamento que evita dicho padecimiento, BJ debe de resolver el dilema(The Next Chance); y, entre otros sucesos, vemos los berrinches de antología que realiza Pinoko, cuando BJ no regresa a su casa debido a un posible contagio de cólera, y dejando a una enferma esperando (A Cholera Scare).

De especial atención están un par de historias: A Happening at Dawn, la cual posiblemente es una de las historias más gráficas de BJ al ilustrar en buena medida una cirugía cerebral en un niño que calló en una zanja; y que seguramente habría sido imposible ver publicada en alguna otra parte del mundo en su momento, pues aunque no hay excesos de sangre ni viscosidades (obviamente, estamos hablando de un manga en blanco y negro), la trepanación no resulta cualquier cosa.

Y la otra historia es A Surgeon Lives for Music, en la que un notable cirujano admirado por el mismo BJ, sorprende no sólo por sus grandes dotes en la mesa de disección, sino igualmente porque su desempeño siempre lo hace acompañado de música, sin perder concentración alguna. La historia de por qué ese amor casi obsesivo con la música es una que le llegará a los coleccionistas de discos u otros objetos, y que provocará un mayor odio en los Estados totalitarios. Sin embargo, parte importante de la peculiaridad de esta historia es que en su acto inaugural este cirujano escoge el tema Let It Be, de The Beatles, para su operación. Parte de la letra de dicha composición se reproduce entre las viñetas e, inclusive, a pie de página se dan los respectivos copyrights. Como se sabe, los temas de The Beatles son algunos de los más socorridos en diversos medios, aunque pocas obras son las que logran obtener el permiso para ser reproducidas, haciendo así de esta historia de Tezuka una absoluta curiosidad.

martes, 1 de noviembre de 2011

Max y Bardín en México

Esté jueves, sí, este jueves 3 de noviembre, se inaugurá en el Centro Cultural de España una exposición retrospectiva de la obra de Max, historietista español de trascendencia internacional y multipremiado. Sí, sé que tal vez varios lectores de historieta no hayan escuchado hablar de Max, pero sólo les diré que Max lleva casi cuatro décadas construyendo historietas, referentes de varias generaciones y en todos los géneros y subgéneros habidos y por haber. Se trata del primer autor en ganar el Premio Nacional del Cómic, en España, en 2007. Y, simplemente, digámoslo clara y sencillamente, es uno de los autores de cómics más importantes e interesante a nivel mundial en la actualidad.

Como muestra está Bardín, el superrealista (Ediciones La Cúpula) fue la razón por la cual Max (Francesc Capdevila) obtuvo el Premio nacional del Cómic.

Bardín es un individuo que viste traje y corbata, seguramente vive en los años 30 del Siglo XX, apogeo del Surrealismo, pues un buen día el Perro Andaluz (heredero y depositario universal de los poderes superrealistas desde 1929, según él mismo cuenta), en un esfuerzo por continuar con lo que Dalí y Buñuel le quitaron, decide brindarle los poderes necesarios para acceder al Mundo Superreal y, de esa forma, descubrir los misterios del inconsciente como solución a la realidad.

Y es así que Max nos entrega entonces diversas historias bañadas en referentes culturales, proésas gráficas e ideas suculentas.

“Dibujar es un acto de amor gratuito, anónimo y automático. ¡¡¡Es un acto desinteresado y puro!!!”, dice Max en voz de Bardín como principio de vida. Y es así que como una suerte de superhéroe metafísico Bardín se enfrenta, por igual, al atemorizante e inefectivo poder de los dioses y al desesperante, críptico y encabronante ejercicio de los sueños.

El éxito de esta obra ha logrado que se edite una edición en catalán, y que igualmente Max lleve ya otros premios bajo el brazo.

Conocí la obra de Max por la lectura de un libro de su personaje de culto Peter Pank, y por la lectura de Nosotros somos los muertos, encomiable esfuerzo editorial en el que reunió durante la pasada década algunos de los mejores ejemplos del cómic independiente internacional.

Estos proyectos, junto con Bardín (muy cercano a la construcción visual implementada por Chris Ware), manifiestan claramente la obra de un autor poliforme en el buen sentido: no se ha casado con un estilo o con personaje alguno; por el contrario, ha experimentado a partir de sus necesidades artísticas y eso lo ha llevado hasta el sitio del editor, como vocero de una escena alternativa en un medio que comúnmente se casa con una idea.

Así, vemos que Max es un autor para todas las estaciones. Desde 1973 en que comenzó a trabajar de manera constante en el cómic underground español, su voz ha trazado diversos caminos y acompañado diversas generaciones de lectores.

Bardín, igualmente, ha sido editada ya en el mercado estadounidense por Fantagraphics, y una monografía muy interesante sobre MAX ha sido editada por Dolmen Editorial. Por supuesto, no es sencillo encontrar este material, pero hay que esforzarse.

Si les interesa el cómic como medio, entretenimiento y arte en general, no falten este jueves a las 19 horas al Centro Cultural de España (Guatemala 18, Centro Histórico), para la inauguración a la muestra de Max, donde él mismo estará presente. E igualmente, el martes 8, a las 19 horas, a la conferencia “La ilustración y el cómic: relaciones y diferencias”, en el mismo lugar. Todo esto ya como arranque de las actividades de Festo, 1er festival de Autores de Cómic, que va a estar trepidante.