sábado, 14 de noviembre de 2009

Prison Pit, de Johnny Ryan

Prison Pit, de Johnny Ryan
Fantagraphics, 2009
13 dólares



De Johnny Ryan alguien dijo en la prensa de cómics estadounidense que se trata del historietista más peligroso. Esto, no precisamente porque acostumbre a andar en la calle con dinamita envuelta en su cuerpo, cargue pistola o se desnude a la menor provocación (bueno, en realidad tampoco estamos seguros de que eso no suceda); sino porque posee una pluma muy vociferante: a través de su serie Angry Youth Comix y sus colaboraciones para la revista Vice o la misma Nickelodeon Magazine (entre muchos otros trabajos) hemos podido ver que no existe nada sagrado para Ryan, y que no tiene vergüenza alguna para criticar y burlarse de cualquier tema, sobre todo si éste pertenece a los llamados temas taboo.
Este historietista estadounidense no tiene problema en hablar abiertamente, y de forma por demás grotesca, de sexualidad, perversiones, política, homofobia, violencia, etcétera, etcétera. Su trabajo, casi siempre, se centra en ámpulas de la sociedad, y normalmente se regocija burlándose de los problemas que ésta tiene para entender sus dilemas, por lo que su obra no es por todos digerida. Hace varios meses, Ryan igualmente dejó patente de manera clara que ese gusto de burlarse de todo en forma por demás visceral, se debe en parte a que gusta de la explotación en la cultura popular: una serie de ilustraciones basadas en películas de terror, especialmente gore y splatter, parecieron responder a una necesidad por presentar una declaración de principios.


Y entonces, no resulta nada ajeno que el primer trabajo de Ryan que va más allá de las historias cortas y el gag, se trata de una fantasía de ciencia ficción gore, splatter, hardcore. Prison Pit lleva por nombre esta saga de novelas gráficas que inicia, editadas por Fantagraphics, y en la que Ryan está explotando todos sus recursos de violencia, mal gusto y de presentar lo impresentables según muchos ojos ajenos.

El ‘héroe’ de esta historia es uno al que Ryan se refiere como Cannibal Fuckface (hagan ustedes su traducción favorita), quien parece tratarse de un guerrero nómada postapocalíptico que es llevado prisionero por, suponemos, guerreros espaciales de otra especie distinta a la suya a Prison Pit, un planeta desolado al que es introducido por un abismo, a través de un tobogán... la referencia sexual es clara y como definitiva de la historia: ese capítulo de inicio se llama Fucked (al español: jodido o cogido), y se trata de un primer capítulo cuyo mensaje reverbera sobre el resto de la historia y como karma de la misma.

Prison Pit es una especie de cogida (en el sentido físico y de integridad ¿humana?) en la que nuestro caníbal protagonista madrea y es madreado, vence y es vencido, jode y es jodido. El desértico paraje del planeta Prison Pit está ya tapizado de restos de cadáveres y cualquier desperdicio que un sistema vivo pueda producir en cualquier forma y condición; en este punto, arriba Cannibal Fuckface para aumentarle más capas al tapiz. Si él ya resulta desagradable, lo son más los contrincantes con los que se topa... aunque en cierta forma Fuckface cuenta con nuestro apoyo, pues se trata de nuestro héroe en esta historia.
En muchos sentidos, Prison Pit rememora todo ese subgénero cinematográfico postapocalíptico en los años 80 del siglo pasado, de bajo presupuesto y desarrollado considerablemente en Italia y Estados Unidos, por realizadores como Enzo G. Catellari, Albert Pyun y Bruno Mattei (con sus diversos seudónimos); la diferencia radica en que Prison Pit muestra lo que muchos de estos filmes dejan fuera de cuadro, llegaron a sugerir solamente o, incluso, nunca se atrevieron a considerar.

Igualmente, la narrativa de Ryan, en este caso, es distinta a la economía e inmediatez del resto de sus historias constreñidas por lo que una o unas páginas pueden ofrecer. Prison Pit le permite explayarse a Ryan y crear atmósferas y momentos, así, la inequívoca influencia del manga se muestra tanto en el mood como en la crudeza de ciertos tipo de manga, como Berzerk, que el propio autor cita como influencia.

Actos aberrantes, sucios y grotescos, entre sangre, desperdicios y lo que suponemos es semen, concluyen en una autofelación que tendrán que ver para entender, y que queda como clímax interruptus para continuar en el siguiente volumen. Prison Pit es un festín de excesos extremos y mal gusto que sólo pocos autores llegan a ejecutar, e igualmente pocos lectores llegan a disfrutar. Si te diviertes con estos subgéneros (como yo), Prison Pit es lo tuyo.


3 comentarios:

Unknown dijo...

Casualmente acabo de conseguir un número pasado de The Comics Journal con una entrevista a este señor, donde aparecen algunas de sus grotescas viñetas.

Y hablando de Fantagraphics, 2 dudas:

¿Qué le parece el trabajo que han hecho al reimprimir tiras cómicas como Peanuts o Dennis the Menace? Me gustaría ver un post al respecto

¿Ha comprado en la tienda en línea de Fantagraphics? ¿Qué tan confiable/cara/cómoda le ha resultado?

Saludos

Morningstar dijo...

No han sido precisamente las recopilaciones de Peanuts y Dennis the Menace las que yo he buscado, Alejandro, pero sí he adquirido algunas de Krazy and Ignatz y Popeye, y me parece que es un trabajo heroico y fenomenal. No sólo se trata de ediciones bellas de trabajos importantes y maravillosos, sino que detrás de estas ediciones hay un trabajo de investigación, restauración y diseño impresionante. A esta tarea de Fantagraphics, en años recientes se ha sumado la de otras editoriales como Drawn & Quaterly, IDW y Dark Horse, entre otras, y todo el conjunto a nuesvas generaciones nos está permitiendo conocer y redescubrir joyas incáculables de muchas décadas atrás.
Hace un par de meses compré directo a Fantagraphics y la experiencia fue muy buena, checa aquí los detalles por favor: http://iconoctlan.blogspot.com/2009/09/finanzas-en-los-comics.html.
Y pues si te resultó de interés la propuesta de Ryan, seguramente Prison Pit te parecerá atractivo.
Saludos.

oscar dijo...

No lo conocía y no tiene mala pinta. A ver que tal
El polo más frío