miércoles, 24 de marzo de 2010

La terrible nostalgia

-Afortunadamente, además de festejos insulsos, caros e innecesarios, el mentado centenario y bicentenarios de nuestras supuestas Independencia y Revolución han permitido que fuerzas y proyectos de verdadero interés surjan. Rubén Eduardo Soto, al frente del Museo de la Caricatura y la Historieta, en Cuautla, Morelos, continúa con su rescate histórico de este medio pues se dio a la tarea de digitalizar alrededor de 40 historietas involucradas con los mencionados episodios históricos, y que pone a consideración de todos los interesados. Entre los autores de éstas se encuentran Antonio Gutiérrez, Antonio Cardoso, Yolanda Vargas Dulché y Rius, así que hay de diversos estilos, versiones y opiniones. Cada una cuesta 25 pesos, o cinco por 100 pesos. Los interesados escríbanle a Rubén Eduardo Soto al mucahinforma@gmail.com, para checar detalles del pago.



-Y continuando con la trascendencia de la nostalgia, en el sello estadounidense Fantagraphics saben muy bien la importancia de la memoria histórica y es por ello que ahora, a su rico catálogo de recopilaciones de historieta y caricatura estadounidense, sumarán un proyecto dirigido por Rick Marschall, quien fue fundador de la Epic Magazine (la que dio inicio a proyectos de autor en Marvel, e inicio el mismo sello Epic), así como de la misma revista Nemo para Fantagraphics hace 30 años, y ha trabajado en innumerables proyectos para promover en todo el mundo el legado de los historietistas estadounidenses. Pues bien, Marschall ahora se encargará en Fantagraphics de presentar entre 4 y 5 publicaciones al año en donde se harán esta clase de rescates hemerográficos. Bajo el nombre de Marschall Books, iniciará a finales de este año con la publicación de Drawing Power: A compendium of Cartoon Advertising y Mr. Twee-Deedle: Raggedy Ann's Sprightly Cousin. The Forgotten Fantasy Masterpiece of Johnny Gruelle. Entre los otros proyectos que ya prepara se encuentra también una extraña recopilación de obras y musicales de Krazy Kat, que contendrá un disco.



-Y la nostalgia llega hasta Marvel Comics, para presentar a partir de junio la esperada reedición del material de Miracleman, mejor conocido ahora como Marvelman, su nombre real (sí, suena raro, pero es una historia larga…). Marvelman Classic Primer iniciará este merequetengue ofreciendo un resumen de la accidentada historia de este superhéroe británico, con entrevistas a sus creador Mick Anglo, así como a Neil Gaiman, último guionista en encargarse del personaje. Este número especial se complementará con una serie de ilustraciones realizadas por populares dibujantes, como Joe Quesada, Jae Lee y Ben Oliver. Y entonces, en julio iniciará realmente la publicación de historias con medio siglo de historia, en el título mensual Marvelman Family’s Finest. Como lo he mencionado ya, creo que el interés de los lectores por esas antiguas historias no dará para mucho, pues lo que realmente se espera es la reedición de las historias realizadas por Moore, Leach, Davis, Veitch, Totleben, Gaiman y Buckingham, y de esas aun no dicen para cuándo…



-Supongo que en unos días subirán a La Mosca en la red mi más reciente colaboración sobre cómics, échenle un lente por estos días.

jueves, 11 de marzo de 2010

Réquiem por el superhéroe despolitizado

El texto que aparece a continucación fue publicado originalmente en un número de la revista Playboy, hace cuatro años. Acudo a éste, principalmente porque distintas actividades me impiden sentarme a pensar un nuevo post en forma, y porque me parece que este texto habla un poco de la condición del cómic de superhéroes como literatura, más que como simple ocasión para promover o alegar sobre ideologías o posiciones políticas y sociales. Esto, tomando en cuenta la reciente y mediana polémica levantada por el cómic del Captain America en EUA, en el que por cuestiones editoriales o autorales -sabrá Satán cuál sea la verdad-, se sugirió en voz del mismo Steve Rogers que las recientes protestas estadounidenses del movimiento Tea Party, en contra de los impuestos y otros actos impuros gubernamentales, son actos poco patrióticos.
Démosle una oportunidad al cómic de superhéroes despolitizado.


El cinismo y candidez con los que la escena político social de nuestro país se ha desarrollado en los últimos años no es un suceso gratuito, responde por supuesto a la evolución que la naturaleza saqueadora de la silla presidencial, y anexas, ha tendido como manto desde hace más de un siglo.

En dicho transcurso, igualmente han estado involucrados los media, los banqueros, la policía y demás entes corruptores y corruptibles. Pero sería irresponsable, igualmente, no darle vela en el entierro a la misma sociedad, la naturaleza evasiva y negativa en ciertos ambientes de ésta permite todo lo que vemos y respiramos hoy día.

De forma tal, que el circo que ahora vemos y respiramos como escenario político en vísperas de elecciones presidenciales en el país, no es más que un reflejo de la banalidad que define nuestra presencia actual.

Es ahí, precisamente en esa nata de cultivo, que surgen chistes utilizados hasta el hartazgo, como las mentadas chachalacas, las ‘manos limpias’ o las caricaturas de protagonistas políticos como criaturas de cine o superhéroes, como PGMan [obvio, ahorita ya hay 'chistes' nuevos]. Se trata, simplemente, de un intento por darle un carácter festivo y de auténtico desmadre a un proceso que requiere de una armonía de los cinco sentidos en cada individuo.

De forma tal, que resulta vulgar y de mal gusto hablar de política social en un espacio en el que, en teoría, esto no tendría cabida. Sin embargo, se trata de un ejemplo que muestra perfectamente el estado en que se encuentra el concepto general acerca de la historieta y que parece mostrar al cómic de superhéroes como su única oferta; siempre como una simple representación de los actos más fantásticos y extraordinarios, por extensión, una forma de banalizar la realidad.

Por supuesto que el superhéroe, surgido hace 68 años [bueno, ahora ya hace casi 72 años], desde épocas tempranas comenzó una corrida como vehículo alegórico de la realidad esquizoide del siglo XX, en sus distintos momentos. Sin embargo, recordemos que el primer superhéroe, Superman, más que un reflejo de lo que sus creadores veían en la realidad, surgió como una mera fantasía que, poco a poco, fue evolucionando incluso hacia una metáfora del Cristo (un niño que llega del cielo, de otro planeta, para erigirse como salvador de la Tierra), en un homenaje a los resortes del cuento fantástico.

En cerca de tres cuartos de siglo de historia, el superhéroe ha ido evolucionado de forma dramática, muy a pesar del pobre concepto que sobre él persiste a nivel masivo. Y sí, efectivamente, servir como un reflejo crítico o para el diálogo de la realidad, ha sido uno de sus principales aciertos... aunque la opinión pública continúe viéndolo como un escenario de metáforas estúpidas.

Si el pionero Captain America, de Joe Simon y Jack Kirby, ya mostró cierta naturaleza para funcionar como vehículo de propaganda nacionalista–su primer combate lo tuvo con Adolph Hitler, y su más grande y acérrimo enemigo con el paso del tiempo sería Red Skull, de la huestes nazis-, el perfil del superhéroe y su función dramática como mitología secular se enriquecieron conforme las carencias morales y los juegos de poder crecieron en la tercera dimensión.

Así, un superhéroe tan popular como Spiderman ha permitido que sus guionistas opinen y expongan sobre temas tan diversos e importantes como el peligro de las drogas (en los 70), de la bulimia y la paranoia (en los 80), y la ética periodística (durante este nuevo siglo). Es así que, indiscutiblemente, el corte del superhéroe se presta para el desarrollo de historias aleccionadoras y servir, incluso, como reflejo incisivo de nuestra realidad.

No obstante, la literatura superheroica es dueña de sus propios códigos, estilo y valores. Permitiendo, en sus mejores momentos, demostrarse simplemente como el terreno en el que se está construyendo la mejor ciencia ficción contemporánea e, igualmente, literatura de altos vuelos.

lunes, 1 de marzo de 2010

Comentarios breves a recientes lecturas

-Los cómic de The Muppets Show, escritos y dibujados por Roger Langridge para Boom Comics, son buenísimos. Con Langridge podemos ver un acto pocas veces visto: una serie de personajes cómicos ejecutando sus mejores chistes, y todo por obra de un solo autor.



-También, recientemente Sergio Aragonés escribió y dibujó un par de números completos para Bongo Comics: Bart Simpson Comics #50 y Simpsons Comics #163, y ambos están de risa loca. Qué vivan las carcajadas.


-Scalped #35, el más reciente número de esta brillante serie escrita por Jason Aaron para Vertigo Comics, se trata de una historia autoconclusiva ilustrada por el gran dibujante croata Danijel Zezelj. Brillante como cada uno de los números de la saga, esta historia resplandece un poco más que otras, sin embargo, pues resulta casi extenuante ante tanta fuerza para tan sólo 32 páginas (cuando normalmente se delega en cuatro o cinco números): el fuerte relato del amor de una pareja en medio de la soledad y la pobreza no es nada nuevo, pero el oficio y el talento lo convierten en una de las mejores historias del año. Sin duda.


-Dark Reign. The Line: Wolverine, es otro cómic escrito por Aaron y dibujado por otro maestro croata: Esad Ribic (y editado hace unos meses). Desde la imponente portada en la que los cálidos colores utilizados de forma magistral por Ribic para presentar a Wolverine, Fantomex y Marvel Boy, nos encontramos ante algo espectacular. Aaron hace de un simple oneshot de corretizas y golpes un ejercicio en diálogo brillante y en tribuna espectacular para dos creaciones de Grant Morrison: Fantomex y Marvel Boy, así como para hacer de Wolverine algo más una máquina de matar. Ribic entrega, por su parte, un dinamismo formal casi inmaculado.



-Mesmo Delivery, por Rafael Grampá, originalmente fue publicado hace un par de años por AdHouse Books: lo busqué afanosamente y nunca lo encontré. Hace un par de semanas fue reeditado por Dark Horse, y ahora que lo tengo en mis manos entiendo por qué tenía tanta urgencia instintiva por hallarlo: se trata de uno esos alumbramientos artísticos que a pocas cosas se parecen. Grampá es un ilustrador brasileño fenomenal, de un detalle exacerbado y de un ojo como pocos para el encuadre y los elementos más extraños y originales. Un clásico instantáneo ha nacido.



-Amazing Spider Man, continúa siendo una de las lecturas más variadas y entretenidas: con su periodicidad de casi semanal requiere de la participación de grandes cantidades de guionistas y dibujantes para su realización, arrojando así diversos arcos y perspectivas que enriquecen la experiencia. En semanas recientes hemos visto desde un enloquecido e inolvidable team up con Deadpool (escrita por Joe Kelly y dibujada por Eric Canete) hasta la reciente saga de Gauntlet, en la que diversos antiguos enemigos de Spidey lo andan cazando por una razón aun oscura. En todo este tiempo hemos visto el incendio y pérdida del edificio del Daily Bugle, la sección de cartas ha sido escenario de un intenso debate ante la vida sexual de Peter Parker (un grupo de lectores quieren que no amanezca en la cama de Felicia Hardy, alias Black Cat… háganme el favor), un nuevo encuentro entre Morbius y Spidey y, en general, un entretenimiento pueril que no cambio por nada.