
Este mes de marzo ha sucedido algo inaudito: se han sumado en la oferta editorial nacional siete títulos de historieta nacional (recopilaciones, novela gráfica e ilustración): por el lado de Ediciones Resistencia se presentan: Moquito. El secreto del convento mutante, de Juanele; Monociclo, por Adriano; y Visiones y evasiones, por Cecilia Pego. Por el lado de Editorial Jus: El Maizo, de Augusto Mora; y Mundo invisible, de Patricio Betteo (ambas obras son la consumación del 1er Premio Nacional de Novela Gráfica, de dicha editorial). Y por el lado de Editorial Caligrama: Nocturno, de Tony Sandoval; Ruptura, de R. G. Llarena y Axel Medellín.
Todos estos título se presentaron durante la pasada Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería, y dentro del marco de la 2ª Jornada de Cómic, que desde el año pasado organiza Bef. De entrada, he de comentar que hasta el momento no he adquirido alguno de estos trabajos (espero adquirirlos durante los siguientes meses), por tanto no tengo ninguna opinión al respecto. Lo siento. Pero que existan me alegra, pues se trata de esfuerzos a contracorriente y que demuestran que hay empeño y preocupación por editores y autores de historieta en México. Que se esforzaran por tenerlos a tiempo para presentarlos o lanzarlos en el marco de dicho evento habla ya, me parece, de lo que puede comenzar a considerarse como el surgimiento de una industria de historieta de autor. Hay que seguirle dando, tanto autores como lectores.

No sé ustedes qué opinen, pero me parece maravilloso que el próximo 12 de abril Marvel México publique un Monster Edition que reunirá la serie Journey Into Mistery, del número 83 al 100. Es decir, las primeras historias de Thor, escritas por Stan Lee y dibujadas por Jack Kirby, allá en los cada vez más lejanos años 60 del pasado siglo.
Con esta compilación no sólo se está recuperando una memoria Pop para el lector mexicano de historietas, sino que igualmente parece demostrarse que estos lectores finalmente han comenzado a responder un poco más. Pues fácilmente podría creerse que es igual de seguro publicar una historia de superhéroes de hace unos meses que una de medio siglo atrás; pero lo cierto es que muchos lectores no responden a las historias de hace más de dos décadas y más, por lo que no es tan fácil (no es bueno económicamente hablando) hacer un compilatorio de esta índole.
Con este volumen hablamos de una narrativa muy distinta a la de hoy día: la cantidad de diálogos era mayor a la que vemos hoy día en los cómics, e igualmente la cantidad de viñetas era mucho mayor frente a lo que hoy logra la sofisticación de la elipsis en la plancha. En resumen, el lector no iniciado en estas lecturas antropológicas puede llegar a fastidiarse fácilmente, pero si logra resolver ese vericueto mental que le impide dar el siguiente paso, se transformará en un encantado degustador de antigüedades que valen oro.
Hablar de Lee y Kirby es hablar de piezas fundamentales y de la evolución misma de una construcción, a la vez; dinamismo, energía y potencia conjugadas al servicio de la inteligencia creativa. Este tomo es obligado en el librero de las ediciones mexicanas de cómics. Enhorabuena por Marvel México, y ya esperamos más ediciones como ésta.

Creo que todavía ni comienzan a filmar siquiera Dark Knight Rises, la cuarta entrega de la saga de Batman por Christopher Nolan y compañía, y la Warner Brothers ya se está preocupando por comenzar a armar el reboot con un nuevo equipo. En esos estudios ya están bien preocupados porque Nolan les dijo que llegara hasta la tercera de Batman y les dirá adiós, por lo que estos ya pusieron el grito en el cielo y ya están viendo a qué árbol se arriman. Digo, si Marvel no respetó ni al mismísimo Sam Raimi, ya no resulta extraño que les valga madre Nolan. Que asco pueden llegar a ser las competencias.