El fin de semana se llevó a cabo la Comic Con México. Ya desde el nombre se sugería algo muy espectacular y que, prácticamente estábamos seguros, sería imposible presenciar. Efectivamente, la primera edición de la
Comic Con México se quedó muy muy corta… aunque arroja cierta esperanza en el futuro de estos eventos en el país.
Veamos, la
Comic Con México no fue aquello en lo que se han convertido La Mole y la TNT: centros de reunión de cosplayers y otakus. No tiene nada de malo ser uno de estos (cada quien su perversión); pero lo que sí es malo es que una ‘convención’ de cómic degenere en un carnaval para el sólo disfrute de estas ‘tribus urbanas’, y se olvide olímpicamente de la historieta y sus diversos frentes.

Que no haya nacido convertida en lo mencionado en el párrafo previo, se le agradece a la llamada
Comic Con México. Pero no se agradece que se anuncie como algo espectacular, cuando hicieron falta la presencia de editoriales y una mayor cantidad de oferta de cómics e invitados (hubo varios invitados de talento indudable, pero se necesita variedad para refrescar o rescatar esto). Tal vez si la
Comic Con México no se hubiese anunciado de manera tan rimbombante, o hubiese tenido otro nombre, no habríamos sentido tanto las faltas.
(Aquí, hay que acotar que, igualmente, si no me equivoco, hay mucho menos tiendas de cómics que las que había hace diez años, cuando aún se hacía la Conque, por ejemplo; por tanto, también se entiende que la oferta de cómics ahora no sea tan grande y variada)
Además, la organización fue mala, y creo que fuera de la atención dedicada a Temuera Morrison (actor neozelandés a quien recordamos como el ojete paterfamilias en la extraordinaria Once Were Warriors, y ahora uno de varios Green Lanterns en el filme a estrenarse) por parte de los organizadores, al resto de invitados se les dejó a la deriva.
Por otro lado (aunque se supo de autores a quienes no les respetaron un espacio prometido, como sucedió con Luis Fernando), se agradece el espacio destinado a los artistas independientes, algo que con la muerte de la Conque se había perdido, y que es necesario y vital en cualquier sociedad con historietistas y, sobre todo, en una tan golpeada como la mexicana.
Una lástima que un autor como Omar Ladronn (ganador de premios Eisner, respetadísimo en la escena gringa y europea, ilustrador del último ciclo del Incal de Jodorowsky) o los artistas de Anima Estudios (encargados de la popular serie de
El chavo del 8, y trabajando ya en el próximo filme de
Don Gato y en el debut cinematográfico, ni más ni menos, que del Santos y la Tetona Mendoza) hayan pasado casi desapercibidos para un público al que no se le entregó un programa ni vio información alguna dentro del lugar, ignorando los nombres y carreras de los invitados, horarios y temas de conferencias, presentaciones, así como del improvisado salón de conferencias, en uno de los costados de la misma nave donde se llevó a cabo la
Comic Con México.
En fin, en lo personal, puedo agradecerle a la
Comic Con México que me permitió conocer a Omar Ladronn, que haya podido ver (y ser parte) de la presentación de la antología de
Terrora y Taboo, de Cecilia Pego, y respirar algo de mundo nerd. Pero la tarea vemos aún que es muy grande, y seguiremos atentos…

Y esta semana que está por terminar, sin duda, desde las oficinas de DC Comics se generó la mayor cantidad de comentarios dentro del mundillo del cómic, a partir del anuncio de los nuevos títulos que en septiembre comenzarán a ser publicados por parte de dicho sello, y tras la cancelación de todas las series actuales con que se dará a la conclusión del crossover Flashpoint. Y a estas alturas, creo que no me preocupan la mayoría de las series que cancelarán, sino las que las reemplazarán y los cambios dramáticos que implican en el Universo DC.
El simple hecho de saber que serán 52 títulos los que comenzarán desde el número 1, nos habla de una restructuración muy seria. Si vemos que el relanzamiento de Superman muestra a un Hombre de Acero con unas especie de mayas metálicas en lugar de un calzón rojo, podemos comenzar a pensar en una posible renovación. Dentro de esta transformación, se encuentra una línea que se ha dado a conocer como
Dark Side, en las que las cosas pintan muy bien y extrañas:
Swamp Thing (que será escrito por el creador de
American Vampire, Scott Snyder, e ilustrada por Yanick Pacquette, quien finalmente ha recibido reconocimiento con su trabajo en Batman Incorporated);
Justice League Dark (esta extraña versión de la JLI –aunque no se trata de némesis, uno no puede evitar pensar en los
Dark Avengers- está conformada por John Constantine, Shade, Zatana, Madame Xanadu y Deadmen; y está escrita por el maestro Peter Milligan);
Demon Knight (protagonizada por Etrigan y escrita por Paul Cornell, un autor inglés que aún no me captura, pero que le ha ido muy bien);
Frankenstein, Agent of S.H.A.D.E. y
Animal Man (escritos por Jeff Lemire, autor estrella indy, que ha crecido considerablemente con su trabajo para Vertigo), además del rescate de
I, Vampire, una serie que en los años 80 se publicó durante la última etapa del clásico
House of Mistery.

Y otros títulos que parece no entran en la línea
Dark Side, pero que suenan bien:
Stormwatch (escrito por Cornell, donde se reunirán Jack Hawksmoor, Midnightre, Apollo y el Martian Manhunter),
OMAC (por Dan Didio y Keith Giffen) y
All-Star Western (con Jonah Hex como protagonista, escrito por Jimmy Palmiotti y dibujado por Moritat).
Como preámbulo a esto, están ya las diversas series alternas al
Flashpoint, siendo una de ellas
Secret Seven, escrita por Milligan y protagonizada por Shade. He de decir que es muy rutinaria y, por tanto, una tristeza tomando en cuenta lo que Milligan y Shade significan para el medio en su etapa de hace varios años en Vertigo. Espero que esto sólo sea el trabajo de transición para acomodar al personaje en el Universo DC, y que lo que venga valga la pena. También seguiremos atentos.

Ya no’más por placer onanista pongo este impresionante retrato de Dios Nuestro Señor, obra de Frank Quitely, y que desde Bleedingcool.com compartieron, aunque la foto fue tomada por C. B. Cebulsky (editor de Marvel) en el Centro Cultural Bernardino, en Argentina, y donde supongo se lleva a cabo algún evento relacionado con la historieta. Hurguen entre la barba de la deidad para encontrar mensajes cifrados.