jueves, 11 de marzo de 2010

Réquiem por el superhéroe despolitizado

El texto que aparece a continucación fue publicado originalmente en un número de la revista Playboy, hace cuatro años. Acudo a éste, principalmente porque distintas actividades me impiden sentarme a pensar un nuevo post en forma, y porque me parece que este texto habla un poco de la condición del cómic de superhéroes como literatura, más que como simple ocasión para promover o alegar sobre ideologías o posiciones políticas y sociales. Esto, tomando en cuenta la reciente y mediana polémica levantada por el cómic del Captain America en EUA, en el que por cuestiones editoriales o autorales -sabrá Satán cuál sea la verdad-, se sugirió en voz del mismo Steve Rogers que las recientes protestas estadounidenses del movimiento Tea Party, en contra de los impuestos y otros actos impuros gubernamentales, son actos poco patrióticos.
Démosle una oportunidad al cómic de superhéroes despolitizado.


El cinismo y candidez con los que la escena político social de nuestro país se ha desarrollado en los últimos años no es un suceso gratuito, responde por supuesto a la evolución que la naturaleza saqueadora de la silla presidencial, y anexas, ha tendido como manto desde hace más de un siglo.

En dicho transcurso, igualmente han estado involucrados los media, los banqueros, la policía y demás entes corruptores y corruptibles. Pero sería irresponsable, igualmente, no darle vela en el entierro a la misma sociedad, la naturaleza evasiva y negativa en ciertos ambientes de ésta permite todo lo que vemos y respiramos hoy día.

De forma tal, que el circo que ahora vemos y respiramos como escenario político en vísperas de elecciones presidenciales en el país, no es más que un reflejo de la banalidad que define nuestra presencia actual.

Es ahí, precisamente en esa nata de cultivo, que surgen chistes utilizados hasta el hartazgo, como las mentadas chachalacas, las ‘manos limpias’ o las caricaturas de protagonistas políticos como criaturas de cine o superhéroes, como PGMan [obvio, ahorita ya hay 'chistes' nuevos]. Se trata, simplemente, de un intento por darle un carácter festivo y de auténtico desmadre a un proceso que requiere de una armonía de los cinco sentidos en cada individuo.

De forma tal, que resulta vulgar y de mal gusto hablar de política social en un espacio en el que, en teoría, esto no tendría cabida. Sin embargo, se trata de un ejemplo que muestra perfectamente el estado en que se encuentra el concepto general acerca de la historieta y que parece mostrar al cómic de superhéroes como su única oferta; siempre como una simple representación de los actos más fantásticos y extraordinarios, por extensión, una forma de banalizar la realidad.

Por supuesto que el superhéroe, surgido hace 68 años [bueno, ahora ya hace casi 72 años], desde épocas tempranas comenzó una corrida como vehículo alegórico de la realidad esquizoide del siglo XX, en sus distintos momentos. Sin embargo, recordemos que el primer superhéroe, Superman, más que un reflejo de lo que sus creadores veían en la realidad, surgió como una mera fantasía que, poco a poco, fue evolucionando incluso hacia una metáfora del Cristo (un niño que llega del cielo, de otro planeta, para erigirse como salvador de la Tierra), en un homenaje a los resortes del cuento fantástico.

En cerca de tres cuartos de siglo de historia, el superhéroe ha ido evolucionado de forma dramática, muy a pesar del pobre concepto que sobre él persiste a nivel masivo. Y sí, efectivamente, servir como un reflejo crítico o para el diálogo de la realidad, ha sido uno de sus principales aciertos... aunque la opinión pública continúe viéndolo como un escenario de metáforas estúpidas.

Si el pionero Captain America, de Joe Simon y Jack Kirby, ya mostró cierta naturaleza para funcionar como vehículo de propaganda nacionalista–su primer combate lo tuvo con Adolph Hitler, y su más grande y acérrimo enemigo con el paso del tiempo sería Red Skull, de la huestes nazis-, el perfil del superhéroe y su función dramática como mitología secular se enriquecieron conforme las carencias morales y los juegos de poder crecieron en la tercera dimensión.

Así, un superhéroe tan popular como Spiderman ha permitido que sus guionistas opinen y expongan sobre temas tan diversos e importantes como el peligro de las drogas (en los 70), de la bulimia y la paranoia (en los 80), y la ética periodística (durante este nuevo siglo). Es así que, indiscutiblemente, el corte del superhéroe se presta para el desarrollo de historias aleccionadoras y servir, incluso, como reflejo incisivo de nuestra realidad.

No obstante, la literatura superheroica es dueña de sus propios códigos, estilo y valores. Permitiendo, en sus mejores momentos, demostrarse simplemente como el terreno en el que se está construyendo la mejor ciencia ficción contemporánea e, igualmente, literatura de altos vuelos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Enrique dijo:

Entonces el Capitan America es democrata o republicano?

silent Bob dijo...

que buen artículo, maestro! y está increible que subas articulos pasados (y cuando son tan buenos como éste, ps bienvenidos sean)

pero yo sigo con ganas de ver que opinion te merecen "kick ass", "siege" (que ya en su segundo número se puso denso, y ni se diga en "dark avengers" y el "asuntos moneros"!

Morningstar dijo...

Pues yo quiero creer que es más demócrata que republicano, digo, es lo menos peor. Pero con esta rebatinga ya no se sabe.
Qué bueno que lo encontraste interesante, Silent Bob. Sí, creo que luego hay textos que vale la pena rescatar, y que además se presntan en ciertos momentos.
No sé cuándo, pero ya comenatrá algo de Siege y de Kick Ass.
Saludos.

William Saints dijo...

Me parece chistoso que pongas una imagen de Sentry, porque es justamente un superhéroe que, me parece, tiene muchísimo que dar de sí más de lo que ha hecho Marvel con él en últimas fechas. Siendo que, teóricamente, es el superhéroe más poderoso jamás creado, que tenga un perfil psicológico y una historia tan intrincada como la que tiene, lo hace bastante llamativo y especial.

Tito (a.k.a Alernaboy) dijo...

Que ondas!
Muy interesante tu artículo. Creo que el Super héroe de hoy es el mismo que en culturas de épocas pasadas se leían y/o veneraban como Gilgamesh, Horus, los Alquimistas, la magia, Apolo, etc.

Los héroes de hoy como el Cap, Supes y Spidey son esos "mismos di antes" pero construidos de acuerdo a nuestra cultura y cognición...

Es "chistoso" que la cultura americana, la que más tiene influencia en otras como la nuestra, sea la que haya "creado" a esos íconos.

Sobre la similitud entre Supes y el modelo mesiánico es por el origen judío de los creadores (creo yo); así también en el Cap, Simon y Kirby eran judíos y qué mejor forma de contestarle al nacionalsocialismo con poner propaganda en comics que lo leerían los judíos, los hijos de los judíos y todo el pueblo americano, ésos judíos andan en todo!
saludos!
T.
http://comicologia.blogspot.com

Morningstar dijo...

Qué onda, tito.
Efectivamente, sepecialistas y por ahí un par de librillos nos dicen que como hoy conocemos al héroe de leyanda moderno -es decir, al superhéroe-, es obra de inquietudes profundamente judías, pues desde Shuster y Kirby hasta Bendis, estamos hablando de autores marcados en esa cultura.
Saludos.

raxephon dijo...

me gusta este blog deberia postear mas seguido