Viernes de Reseña: Mucho cerdo sabroso (y puerquita sexy), JIS (Ediciones B, 2005)
Hoy por la mañana pensé que despertaba a un jueves en lugar de un viernes. Pero fue hasta más tarde que entendí no estar del todo preparado para este post, pues no había escaneado las imágenes que acompañarían este texto: pensé que todavía tenía un día más. Entonces me puse a buscar imágenes en internet y recordé que mi tarea era infructuosa pues, a pesar de la popularidad de JIS y Trino, hay poca información valiosa de ellos en internet y es más raquítica aún la presencia de imágenes de su trabajo.
La verdad, es una lástima que no acompañe estas letras con imágenes del objeto a comentar (bueno, los dejo con un autorretrato de JIS y con la portada que me encontré en barnesandnoble.com ), pero esta circunstancia igualmente me permitirá subir una galería el lunes (si no es que antes), y es que no pude evitar ya las ganas de comentarles sobre Mucho cerdo sabroso (y puerquita sexy), obra del maestro JIS.
Como deben saber, el maestro JIS es conocido a la par del maestro Trino por haber cocreado uno de los baluartes de la historieta nacional: El Santos, genio y figura de la escatología, el desmadre, lo políticamente incorrecto y en resumen representante del acto artístico como desenfreno exquisito.
Deben saber igualmente que cada quien ha continuado su carrera en solitario: Trino haciendo del acto cotidiano momento para la burla más incisiva y reflexiva (Fábulas de policías y ladrones, El rey chiquito), mientras que JIS ha hecho del sinsentido y de la psicodelia algo actual, impresionante y comprensible hasta para el lector menos pacheco (Paso sin ver, Sepa la bola).

Varias son las recopilaciones de la obra de estos autores, todas auténticas maravillas (si lo que nos gusta es la originalidad y el talento). Pero hace unos días me volví a topar con mi copia de Mucho cerdo sabroso (y puerquita sexy), y decidí hablar de ella porque –me parece- no es muy conocida y es una auténtica obra de culto (al menos para mí) que merece ser desempolvada continuamente. De hecho, yo me la encontré en un botadero de la feria del libro que arman en el Zócalo no sé cada cuándo, en el mismo año de su publicación (2005) y en la fabulosa cantidad de 30 pesos. Según el sitio virtual de la librería Gandhi, tienen en existencia este libro y al precio de 136 pesos.
Como lo mencioné arriba (y como el mismo autor lo define), su “humor pacheco” es una de las bendiciones de nuestro país (gracias Guadalajara): visualmente puede ser tan extraño como los trazos de Jim Woodring (también vayan corriendo a comprar alguna de sus recopilaciones de Frank) y, a la vez, tan digerible como un taco de carnitas, esto es, sabrosísimo aunque después un tanto pesado, pero sin arrepentimientos y como parte del mismo proceso.
Mucho cerdo sabroso (y puerquita sexy) es precisamente eso. Una manera de presentarlo es la siguiente, con el texto que aparece en la contraportada del mencionado:
“Comer o no comer cerdo, he ahí el dilema. Ningún banquete puede llamarse tal, si no cuenta entre sus viandas con al menos un porcino rozagante de carne, grasa y sabrosura. Mucho cerdo sabroso (y puerquita sexy) es un libro apto para vegetarianos y carnívoros por igual; es una divertida serie de cartones en donde cerdos, cocineros y comensales son los protagonistas. He aquí un pretexto para reír y, cómo no, ¡para disfrutar del cerdo! ¡pura delicia para chuparse los dedos!”.
De verdad que cuando uno gusta de la buena comida mexicana: grasosa y sabrosona, tiene buen humor, gusta de los monos y se encuentra con Mucho cerdo sabroso (y puerquita sexy), puede que las lágrimas se deslicen de la felicidad.
En manos de JIS, y a través de sus trazos, los cerdos tienen voz, para reír y llorar, pueden estar encabronados por su destino infeliz e inminente, pero mayormente presentan un rostro y figura estoica ante la realidad. Si al puerco le debemos mucho por tanta felicidad a partir de lo que nos comemos, los cerdos de JIS llegan a ser heroicos, míticos y, prácticamente, figuras cuasi santas.
Digo, que más podemos opinar de un cerdo que, en smoking y frente a su verdugo, dice: “Buenas tardes, yo soy su alimento. Puede usted devorarme cuando guste”. Pero igualmente encontramos porcinos menos dispuestos, como aquél que dice: “¡No lo entiendo… por más que me empeño en ser inmundo, comer desperdicios y vivir en la podredumbre, les sigo fascinando!”. La verdad, no importa cuál sea el caso, pues los cerdos de JIS son de antología.
Del humor dadaísta de JIS como un todo, por supuesto, hay que resaltar su trazo y línea, pues su estridente uso de ésta, casi convertido en puntillismo, logra un discurso en tinta al que nada se le parece. Es como si se tratara de una obra hecha en una quinta dimensión, en la que podemos ver algo así como las distintas fases del movimiento de un objeto al unísono (según el maestro Alan Moore más o menos me explicó lo que es la quinta dimensión).
En fin, que Mucho cerdo sabroso (y puerquita sexy) es una auténtica maravilla. Ojalá les interese lo suficiente como para irlo a comprar, y si no, espero que ahora en cuanto suba algunas imágenes realmente lo hagan.