jueves, 16 de julio de 2009

De Harlan Ellison a Creepy

Durante los pasados días he estado leyendo el libro de entrevistas The Writers, sexto volumen en la colección The Comics Journal Library, de Fantagraphics. Durante sus tres décadas de publicación, la revista The Comics Journal ha trascendido como un espacio en el que se han hecho propuestas y se han llevado al ejercicio, incluso, para el desarrollo de la historieta como forma y medio; e igualmente como lugar para la reflexión, análisis y crítica del mismo.

Precisamente los distintos reporteros, entrevistadores, periodistas, escritores y editores que han contribuido a esta revista han coincidido en dar una opinión libre de prejuicios o de compromisos de cualquier índole. Esto, por supuesto, ha ofrecido un medio bien variopinto y tal vez lo más cercano a la democracia mental, aunque con sus excepciones o perdiendo el rumbo en ocasiones, obviamente. De cualquier forma, el carácter libérrimo y analítico de esta publicación en constantes ocasiones ha levantado voces a disgusto y, en muchas ocasiones, demandas incluso.

Además de los ensayos y artículos, varias de las entrevistas que durante este tiempo han guardado sus páginas han resultado en menor o mayor medida incendiarias para una o muchas personas. The Writers resulta un buen ejemplo de esto, con la recopilación y reproducción de entrevistas con historietistas que en su momento, además de una fuerza creativa, se revelaron como mentes críticas de su entorno.



En este libro se encuentra guardado el estado y desarrollo de la industria del cómic estadounidense, desde los años 70 hasta los 90, en voz de varios de sus actores más analíticos: Steve Gerber, Archie Goodwin, Marv Wolfman, Steve Englehart, Chris Cleremont, Alan Moore y Harlan Ellison, entre otros. Todos presentan alguna historia de horror y de triunfo, y son momentos realmente valiosos.

Tal vez la entrevista más célebre de todas éstas es la realizada por Gary Groth (aún editor de TCJ y fundador de Fantagraphics) a Ellison, quien además de ser célebre como uno de los escritores de ciencia ficción más importantes, es igualmente conocido por su explosivo temperamento y una boca floja como pocas. Baste decir que tras la publicación de esta entrevista a finales de los años 70, el escritor de cómics Michael Fleisher demandó tanto a Groth como Ellison por lo que se dijo de él en la entrevista (en realidad con este autor fueron realmente amables, pues Ellison aplaudió su talento, aunque prácticamente dijo que para lograr lo que Fleisher escribió en cómics como The Spectre y Jonah Hex, tendría que estar realmente loco). Aunque los demandados triunfaron ante dicha demanda, la relación entre ambos quedó severamente dañada, a tal nivel que cuando vio la luz este libro recopilatorio, Ellison fue quien entonces demandó a Groth, por publicar precisamente esta entrevista y sin que se le consultara al respecto (ya en esta ocasión, tras varios meses de discusión, se llegó a un arreglo cuando Groth y Fantagraphics aceptaron las condiciones impuestas por Ellison).

Esta entrevista, repito, es muy disfrutable. Primero, a pesar de que no pasan de una docena las historias que Ellison ha escrito para cómics en su carrera (y no precisamente inolvidables), su amor por el medio es auténtico y natural, y eso lo deja claro en la entrevista. Segundo, es impactante e interesante ver cómo se atreve sin reparo a dar nombres de escritores y dibujantes que a su juicio no han hecho más que basura (y dando sus razones), y a aplaudir igualmente a quienes considera realizaron material valioso.

En el transcurso de la entrevista, tanto entrevistado como entrevistador, dejan ver que muchos de los que entonces consideraban problemas, continúan hoy mismo o simplemente se están volviendo a dar en el medio. E igualmente, es interesante leer nombres de algunas publicaciones que consideraban realmente poco más que mierda, entre éstas se encontraban Heavy Metal y las revistas de la Warren, es decir, Vampirella y específicamente Creepy, Eerie y 1984, y que hoy día en muchos aspectos son consideradas clásicas. El uso constante del erotismo como importante bandera de estas publicaciones, es uno de los principales blancos de estos dos personajes.



-De las revistas de la Warren ya se ha hablado en otras ocasiones en Iconoctlán, y a diferencia de la opinión de Groth y Ellison, aquí se les tiene en muy buena estima. Como todas las revistas antológicas –esto es, con varias historias dentro de sus páginas, autoconclusivas o serializadas- hay ocasiones en las que se cuenta con historias simplistas, mal construidas o que se quedaron en el camino, por supuesto; pero, en general, estas revistas presentaban historias bien contadas y con buenas vueltas de tuerca. En cuanto a historias con arte malo o mediocre me atrevo a decir que no se les puede atacar, pues durante sus casi veinte años de publicaciones sus páginas presentaron el trabajo de espectaculares y peculiares artistas. Me parece, incluso, que si de forma incisiva se quisiera atacar a estas publicaciones, saldrían airosas simplemente por la enorme calidad de sus ilustraciones. Se trata de un proyecto editorial que reunió a una buena parte de lo más distinguido de los ilustradores de aquella época: Alex Toth, Bernie Wrightson, Luis García, Josep María Bea, Alex Nino, Richard Corben, Esteban Maroto, y un largo etcétera.

De hecho, Ellison en dicha entrevista se queja de malos tratos por parte de James Warren (dueño de la editorial), lo cual igualmente es posible; sin embargo, habla de un trato casi de explotador por parte de Warren para con los artistas, y aunque igualmente puede que sea algo cercano a la verdad, recuerdo que varios artistas han dicho en su momento que trabajaron mucho con Warren precisamente porque les ofrecía un mejor pago por página realizada, que el ofrecido por Marvel o DC en su momento.

En fin, el caso es que la trascendencia de estas publicaciones llega a nuestros días con una serie de recopilaciones en pasta dura por parte de Dark Horse Comics, y que sobra recomendarlas; pero igualmente porque esta semana se puso a la venta el número 1 de la nueva etapa de Creepy, publicado igualmente por Dark Horse, ya no por Warren. En 1992, DH publicó una miniserie de Creepy, esperemos que en esta ocasión sea por más tiempo.

Aunque se trata de una publicación en formato comic book (a diferencia de la edición original, que era formato magazine), la nueva Creepy respeta fielmente el espíritu de la original, con su portada a color, sus interiores en blanco y negro, con una historia que continuará en los siguientes números, y varias más autoconclusivas. Hay un par de historias que me parecen logradas, como The Curse y Hell Hound Blues, y la inclusión de las ilustraciones de Jason Shawn Alexander, Angelo Torres e Hilary Barta, creo que son una muy buena mezcla de artistas jóvenes y maduros. Finalmente, la reimpresión del clásico Daddy and the Pay, por Bill Dubay y Alex Toth, claramente manifiesta la importancia del nombre Creepy en la historia del cómic.

4 comentarios:

Rik dijo...

tu como vez esa onda de que la gente hable sin tapujos, decir nombres y opiniones que en su mayorìa sean subjetivas? lo consideras prudente?
saludos y aqui andamos

Morningstar dijo...

Mmmm, pues creo que en general nunca está de más que haya un hocicón. El problema de estos es que en ocasiones caen en el exceso o en equívocos, me parece. Sería maravilloso que todo individuo tuviera la capacidad y disposición para decir qué es una mierda y qué es una bendición, pero para eso hace falta apertura (por parte del qué lo dice para decirlo, y por parte del criticado para escucharlo sin ponerse al pedo). Eso es lo que opino. Y bueno, a la escena de la historieta nacional creo que le hace falta una voz disidente.

zacek dijo...

saludo Sr. Matamoros, al buen John Byrne asta personajes de historieta le hicieron por hocicón,asi y todo es mi dibujante favorito.

Morningstar dijo...

Así es Zacek. Byrne es un artista que, así como ha sobresalido por su gran obra (la reciente ya no tanto), también lo ha hecho port su gran boca. Pero igualmente es uno de mis historietistas favoritos de superhéroes, su famosas etapas en Fantastic Four y Superman, así como X-Men, ésta última con con Cleremont, son auténticas obras de arte.
Saludos