viernes, 3 de diciembre de 2010

Apollo's Song y Black Jack 12: dos de Tezuka kamisama

Apollo’s Song Part 1, de Osamu Tezuka
Publicado por Vertical Inc.
11 dólares




En 1970, Osamu Tezuka tenía 42 años. A pesar de tratarse de un hombre ya maduro, estaba pasando por un ciclo un tanto oscuro y existencial de su vida, pues por aquella época diversos proyectos de animación no pudieron concretarse a falta de apoyo económico, además de que el tipo de manga que durante los veinte años anteriores había realizado entró en desuso frente a un tipo de manga más arriesgado y crítico de su entorno.

Era un momento de transición a nivel mundial, en el que los jóvenes habían comenzado a tomar los espacios y a hacerse escuchar. Toda esta revuelta de vida llevó al mismo Tezuka a replantear su trabajo, y fue así que comenzó su etapa (tal vez) más compleja y rica, con obras como Black Jack, Ode to Kirihito, MW, entre otras.

Entre éstas también se encuentra Apollo’s Song, que fue serializada en Weekly Shonen King, del 26 de abril al 22 de noviembre de 1970, y la cual es una opinión de Tezuka frente a la anquilosada educación sexual en las escuelas de aquella época y las revueltas mismas estudiantiles.

Esta obra fue publicada por primera vez en inglés por Vertical Inc. en 2007 en un libro de pasta dura, y en 2010 ha sido reeditada en dos volúmenes rústicos. He podido leer el primero, y como toda la obra de Tezuka se trata de un sorprendente crisol de preocupaciones y opiniones.

El libro arranca con un intenso, impactante y bello prólogo de diez páginas, llamado Union of the Gods, en el que vemos la carrera de la vida, la de los espermatozoides en busca del óvulo para fecundar. Cada espermatozoide es un hombre desnudo entre cientos y cientos (las primeras tres páginas muestran el incansable detalle de Tezuka quien traza literalmente cientos de rostros y cuerpos que se pierden en el horizonte de la página: ¡Increíble!) que pelean entre sí para ganar la carrera. Todos conocemos el desenlace: sólo uno llegará a la meta y se quedará con la reina para crear la esperada vida, en un acto que el hombre ha realizado desde hace millones de años.

Tan sólo por esas diez páginas, bien podría valer la pena este libro (y la misma obra de Tezuka). Pero ése tan sólo es el preámbulo de Tezuka para comenzar a construir la cruel historia de Shogo Chikaishi, un joven traumado desde su infancia ante el maltrato de una madre prostituta, que nunca supo decirle a su hijo quién fue su padre. Ante esa condición, y debido a lo que llegó a ver en ese ecosistema de vida, Shogo desarrolla un sentimiento de aberración hacia toda muestra de amor y necesidad sexual, convirtiéndose en un psicópata que se dedica a destruir animales y, en apariencia, humanos de igual forma.

En realidad (o en apariencia), conforme avanza la historia, entendemos que Shogo es la reencarnación de un ser maldecido por la diosa Atenas, para deambular por la vida en busca de un amor que, a cada tanto, terminará trágicamente.

El primer volumen de esta nueva edición de Apollo’s Song es un fuerte acercamiento al desamor y los traumas que causa. Uno más de los intensos debates existenciales del maestro Tezuka. Si la vida fuera justa, esto estaría en las librerías públicas. Aquí encontrarán un preview de esta obra.




Black Jack Volume 12, por Osamu Tezuka
Publicado por Vertical Inc.
17 dólares

Si no mal recuerdo, hasta antes del volumen 12 de Black Jack, los lectores no teníamos conocimiento del verdadero nombre de BJ; suponíamos que éste se trataba de un sobrenombre, pero nada más. Y es en este volumen cuando nos enteramos que Kuro’o Hazama es su nombre real, y que su vida la ha dedicado a encontrar a los cinco encargados de un depósito de residuos donde explotaron unas bombas, causa de su condición de rompecabezas, así como de la muerte de su madre.

Ahora entendemos claramente del por qué del frío temperamento de BJ, así como que la venganza es el combustible que lo motiva en este mundo. Esto, a través de tres magníficas historias (The Second One, The Boy in the Sealed Room y Prone to Laughter) en las que distintos conflictos médicos llevan a BJ a la rememoración o al mismo enfrentamiento con el pasado.

Estos dilemas desde luego que son de una intensidad sobresaliente y, en muchos casos, llevando a desenlaces (y, en sí, al desarrollo completo de la historia) realmente trágicos e inesperados. Eso está muy presente en este volumen en el que, una vez más, Tezuka da clase de dramaturgia y demuestra que en la ficción y narrativa, como en la vida, las cosas no siempre terminan bien.

13, número cabalístico, son las historias guardadas en las 304 páginas de este volumen. Todas, y cada una de ellas, son brillantes y no tienen desperdicio; tal vez, me atrevo a decir que se trata de uno de los volúmenes más redondos de BJ, y miren que es casi una redundancia ante una serie tan extraordinaria.

Pero solamente diré que los dramas y las tensiones que Tezuka construye a partir de un niño salvaje (en donde incluso aparece un doctor apellidado Truffaut), de un león blanco (un Kimba que no se llama Kimba), de un niño con una hernia en el ombligo, de otro niño con una madre secuestradora, de un joven con poderes telekinésicos o de otro joven de una carcajada eterna como respuesta a la vida, entre otros casos, construyen un catálogo de anécdotas pocas veces visto y de una riqueza inigualable. Es ocioso decir algo más que ya se sabe es magnífico.

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