viernes, 11 de junio de 2010

Entrevista (y artículo) con Scott Snyder, creador de American Vampire


Durante la pasada década, un número importante de aplaudidos y populares narradores de generaciones jóvenes -cuya evolución como escritores en gran medida se debe a la ingesta de grandes cantidades de cómics desde su infancia-, firmaron contratos con importantes editoriales de cómics para experimentar con personajes bien afianzados o crear algunos nuevos, incluso.

Desde Michael Chabon con la elaboración de todo un universo de historias (con la ayuda de otros escritores) a partir de su novela Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay para el sello Dark Horse Comics, hasta la exitosa serie Crisis de identidad, en la que el escritor Brad Meltzer jugó con buena parte del elenco de superhéroes de DC Comics, los proyectos de esta especie crecen día a día. A estos autores se han unido algunos otros como Jonathan Lethem, con una reelaboración del personaje Omega, the Unknown, para Marvel Comics; para este sello también han trabajado Orson Scott Card, con Ultimate Iron Man; Greg Hurwitz en Punisher y Moon Knight. Hellblazer, de Vertigo / DC Comics, ha sido escrito por Denise Mina e Ian Rankin; y Kevin Baker escribió la novela gráfica Luna Park, ilustrada fenomenalmente por Danijel Zezelj, también para esta editorial.

Y durante esta historia, Stephen King ha sido un nombre llevado y traído en el medio: ya desde la barroca prosa de su obra, el nombre, títulos y citas de cómics han estado presente. Y así, podemos recordar incluso el guión que escribió para Creepshow (Historias de terror), filme dirigido por George Romero en 1982, y que es un homenaje a los cómics del sello EC de los años 50 (filme, a su vez, adaptado al medio del cómic por el historietista Bernie Wrightson, y quien igualmente ha ilustrado varias novelas de King). Y desde hace tres años, Marvel Comics ha realizado exitosas adaptaciones a la serie de novelas de The Dark Tower (La torre oscura) y a The Stand (La danza de la muerte), de King, aunque con guiones adaptados por Peter David y Roberto Aguirre-Sacasa, e ilustraciones fenomenales de Jae Lee y Mike Perkins. Es decir, King ha prestado su obra, pero prácticamente no ha incursionado en el medio, a pesar de asesorar dichos proyectos.

Resultaba curioso saber que King era un entusiasta del medio del cómic, pero por alguna obscura razón alejado de la escritura para cómics (fuera de tres páginas escritas en 1985 para un cómic colectivo, cuyas ganancias fueron utilizadas para ayudar a contrarrestar la hambruna en África). Es por eso que sorprende saber de su primera colaboración directa en cómic a estas alturas, y que sea en DC Comics, la competencia a Marvel, ésta última que ha logrado un gran éxito adaptando la obra de este narrador.

En marzo pasado, bajo el subsello Vertigo de DC Comics, se publicó el primer número de American Vampire, una peculiar serie en la que King escribirá durante los primeros cinco números, compartiendo la tarea con Scott Snyder, creador de la serie y quien continuará con la misma.

En medio del bombardeo de historias de vampiros adolescentes de aparador, la propuesta de American Vampire resulta muy atractiva: la crónica de un vampiro estadounidense llamado Skinner Sweet, desde que es convertido en esta especie (a finales del siglo XIX) hasta el presente, aunque analizando su condición y su peculiaridad en su geografía, como parte de una evolución involucrada directamente con su ecosistema. Es decir, la idea de este cómic es elaborar sobre el concepto del vampiro con características endémicas.



Snyder propuso este concepto a DC Comics; cuando le dieron luz verde se animó a pedirle un comentario a King (quien habló muy bien de Voodoo Heart, la colección de cuentos cortos de Snyder), para utilizarlo como parte de la campaña publicitaria del cómic, pero King se entusiasmó a tal nivel con lo que leyó, que propuso escribir parte de la historia inicial. Así, la primera saga de American Vampire (que compondrán los primeros cinco números), se conformará de dos historias: una desarrollada en 1925 (escrita por Snyder) y otra en 1880 (escrita por King). Las ilustraciones son obra del dibujante brasileño Rafael Albuquerque, quien hace uso de distintos estilos para cada historia.
La siguiente es una entrevista exclusiva con Scott Snyder, creador y coguionista de la serie.

¿Por qué escogiste una historia de vampiros para tu primera gran serie en cómic? ¿Cuál fue tu inspiración?
Todo el concepto me llegó durante la más reciente oleada de vampiros, allá cuando se presentaron las secuelas a los filmes Blade y Underworld, así como Queen of the Damned [La reina de los condendos]. Veía estos filmes, y siempre era lo mismo: con una estética tipo The Matrix, depresivas, lúgubres, con lluvia, vampiros en gabardinas de cuero y camisas con cuello de tortuga, peleando en las alcantarillas, y candelabros y demás cosas. Eso realmente me hizo extrañar a aquellos vampiros con los que crecí y que quise, y que para mí lo fueron todo, de Salem’s Lot [La hora del vampiro] a Lost Boys [Los muchachos perdidos] y a Near Dark [Cuando cae la oscuridad], esta última que tal vez sea mi favorita. Aquellos vampiros realmente me asustaron. Parecían gente que realmente podría yo conocer, y que podían vivir en un mundo que me era familiar. Esa idea de que a tu puerta pueden tocar estas salvajes y feroces criaturas, realmente me atrajeron en ese momento. Comencé a pensar al respecto: ¿Por qué nunca vemos vampiros que no sean tan aristocráticos o eurocéntricos?... ¿Qué hay de un vampiro americano, alguien que transite por los escenarios que tanto me gustan? Y entonces, me llegó la idea: ¿Qué pasaría si ese vampiro fuera, de hecho, nativo de América y tuviera características distintas? ¿Qué pasaría si fuera de una especie? Todo el concepto realmente surgió de ahí, y pensé “Si eso es posible, ¿Por qué no baso toda la serie en la evolución vampira? Habría entonces distintas especies en diferentes momentos, y sería divertido crear un árbol genealógico completamente secreto, que comenzara en los tiempos pre-modernos, con distintas ramas y mutaciones al azar. Así que me interesó que pudiera caminar a la luz del día, por lo que podría resultar una amenaza para el resto, lo que provocaría un conflicto entre especies. ¿Y qué tal si lo hacemos aun más amenazante? Podemos darle colmillos de culebra, y esa especie de enorme quijada como la vista en La hora del espanto. Realmente podemos jugar con él como si se tratara de un peldaño delante de la evolución, algo que realmente intimidará al vampiro clásico, porque se creen la especie dominante.

¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con Stephen King?
Sabía que tenía la novela Under the Dome a punto de salir, que trabajaba en un musical en la Costa Oeste, y por nada me imaginaba que pudiera tener algo de tiempo para esto. Pero aceptó hacer dos números en un par de semanas, con una historia de 16 páginas cada uno. Cuando me los envió, me dijo que se estaba divirtiendo, y quería saber si podía continuar un poco más con la historia. “Claro, haz lo que tú quieras”, le dije. Y lo siguiente que recibí fue un tercer número con un cliffhanger, luego escribió un cuarto número, y luego un quinto. Lo interesante de Steve es que, cuando una historia le gusta, escribe entonces como un joven y hambriento escritor, que pareciera querer demostrar algo y no como alguien ya bien establecido (¡establecido más que cualquier otro!). Es inspirador ver a alguien de su estatura autoral entusiasmarse de esa manera. Durante dos meses nos enviamos emails y hablamos todos los días. La serie en su conjunto, no sólo en la parte de él, debido a su involucramiento es exponencialmente mejor. No podría estar más agradecido con él.



¿Qué consideras que significa Stephen King para el género, y cuáles de sus obras son tus favoritas?
Creo que Pet Semetary [Cementerio de mascotas] es mi favorito de sus libros, simplemente porque creo que es el libro más aterrador de la historia. Lo que en general adoro de su obra es que las cosas en que más confiamos –las cosas que amamos- las pone en nuestra contra. Nuestro primer carro, la belleza color rojo dulce, Christine; nuestro adorado perro, Cujo; nuestro amado padre, Jack Torrance (The Shinning); o nuestro precioso bebé de cuatro años, Gage (Pet Sematary)… Una y otra vez, Stephen King toma todo aquello que nos hace lo que somos, nuestras más seguras y preciadas cosas, y hace que todo esto quiera matarnos.

¿Cuál consideras que es la trascendencia del sello Vertigo para la narrativa moderna?
Fui demasiado afortunado al crecer durante los años 80, cuando el cómic en general (y Vertigo y DC en particular) también llegaba a la mayoría de edad. Swamp Thing, Watchmen, Dark Night Returns, Batman Year One, Animal Man… Para mí, Vertigo significa historias maduras, historias de exploración que impulsan el desarrollo de la anécdota y los personajes, pero que igualmente impulsaron el medio en términos sociales y artísticos. Y creo realmente que Vertigo ha logrado mantener esa calidad a través de los años. Es un honor estar con Vertigo. No hay un día que pase y que no piense en ello: la reputación, la historia… Rafa [Albuquerque] y yo estamos trabajando fuertemente para alcanzar las expectativas.

¿Qué consideras que sea aquello que marca la diferencia en el medio del cómic como narrativa? Se ha dicho que el futuro de la narrativa es la novela gráfica, ¿qué opinas?
Desde un punto de vista práctico, son las recopilaciones de cómics donde los editores obtienen el dinero. Así que sucede algo importante en la transición que se está dando hacia el formato de novela gráfica, sobre todo cuando está aumentando la literatura digitalizada, y está ayudando a alejarse de los cómics serializados. Pero al final del día, el formato serializado es lo que viene formando el ADN del cómic, ¿sabes? Tal vez sólo estoy chapado a la antigua, pero para mí leer cómics es algo inseparable a la experiencia de hacerlo por episodios: la espera para ver qué pasa, mes a mes, desenlace a desenlace… Creo que veremos más novelas gráficas, menos títulos serializados, pero me resulta muy difícil creer que las series desaparecerán.

¿Consideras que, así como existen clásicos del género de terror en la literatura y el cine, también los hay en el cómic?
Absolutamente. Creo que Swamp Thing (especialmente la etapa de Len Wein y Bernie Wrightson) es un clásico del horror, como lo son From Hell, Arkham Asylum, 30 Days of Night… Creo que los sustos que vemos en mucho del horror de mala calidad hoy día se produce con los sobresaltos, de tal forma que la gente cree que el horror debe ser algo difícil de lograr en el formato del cómic, donde no hay forma de que algo salga de repente e impacté al lector. Pero en lo mejor del horror, los sustos surgen del terror emocional que los personajes sienten. Así que los cómics pueden ser un gran medio para el horror.

¿Con qué otros autores te gustaría colaborar?
¿Autores? Son muchos, esta es mi lista de ensueño: Neil Gaiman, Alan Moore, Grant Morrison, Geoff Johns, Jason Aaron, Mark Waid…

¿Near Dark [Cuando cae la oscuridad] o The Lost Boys [Los muchachos perdidos]? ¿Let Me In [Déjame entrar] o Twlight [Crepúsculo]?
Near Dark
y Let Me in, aunque The Lost Boys también es una de mis películas favoritas.



*Esta es una versión extendida de un artículo y entrevista que realicé para el suplemento El Ángel, del diario Reforma, en abril de 2010.

5 comentarios:

Jorge Tovalín González-Iturbe dijo...

American Vampire es un cómic fabuloso!!!

Probablemente uno de los dos que más disfruto comprar cada mes :)

Jorge Tovalín González-Iturbe dijo...

Ahora sí, ya la leí.

Qué envidia de entrevista don Mauricio.

Morningstar dijo...

Qué bueno que te gustó, Jorge.
A mí también me parece que se trata de una serie muy buena. Incluso del primer al segundo número creció considerablemente. Pues sólo nos resta ver cómo va evolucionando la serie, ¿no?
Salduos.

Anónimo dijo...

Que buena entrevista

Jorge Tovalín González-Iturbe dijo...

Eso mero, como dices, creció mucho para el segundo número.

Si bien las dos historias que presenta el título me parecen buenas, la de King es mi favorita.