Hasta antes de los años 90 del pasado siglo, que yo recuerde y sepa, fuera de la importación editorial realizada por Dimsa, y distribuida en varias tiendas y librerías, no existían otras posibilidades para conseguir algún cómic de importación en la Ciudad de México; sin olvidar los garbanzos de a libra en el Tianguis Cultural del Chopo, la Lagunilla o los puestos de viejo.
Por aquellos años, los fines de semana en las instalaciones del Instituto Mexicano de la Radio (IMER), se realizaba una especie de micro Tianguis Cultural del Chopo en el que se ofertaban productos y parafernalia involucrada con la música, además de presentaciones en vivo (recuerdo que ahí vi por primera vez a Jaime López). Entre los puestos se encontraba uno especializado en historieta, con una buena oferta de historieta mexicana, e igualmente varias publicaciones de importación. Era un espacio único en su época, y por tanto era punto de reunión de los entusiastas del medio. Oscar González Loyo y Jesús Gil Holguín (entonces traductor para Novedades de las historietas que publicaban de Marvel Comics) eran los gurús de entonces, y ahí se dejaban ver.
No mucho después, y no lejos de ahí, a una cuadra de Insurgentes sobre Puente de Alvarado, me encontré con un puesto de periódicos que por fuera ofertaba los cómics de Novedades y Vid de aquella época, junto a algunas revistas. Pero si uno aguzaba más la vista podía ver que esto era como una cortina de humo para disfrazar algunos cómics de importación colocados de forma casi estratégica. Ya si uno se adentraba más en el puesto, podía ver entonces que lo que ahí se vendían eran cómics e historietas, viejas y nuevas, nostalgia y moda, precios módicos y otros no tanto. No sé en qué momento la venta de este puesto dejó de ser lo que era, pero sin duda se trataba de otro peculiar y siniestro termómetro de lo oscuro que era el coleccionismo de cómics en aquella época. Y los dueños me parece que fueron los mismos del vocho blanco.
Fuera de Pericoapa, y durante este periodo, surge la que tal vez sea la primera tienda de cómics en un local hecho y derecho. Un día recibo una llamada y mi sorpresa fue enorme al enterarme que se trataba de Oscar González Loyo, quien se dio a la tarea de hablarle a varios de sus lectores para invitarlos a la inauguración de una tienda de cómics en la calle de Petén, allá por la colonia Narvarte. Fue un sábado, y el local no era muy grande, pero las posibilidades sí lo eran. En esa ocasión me compré el número 1 de The Heckler, cómic cagadísimo y muy poco valorado de Keith Giffen, y cuya fecha de portada de septiembre de 1992 me lleva a deducir que por aquella época fue la apertura de la tienda. No recuerdo cuántas veces volví a esa tienda, pero no mucho después se dio un conflicto entre los dueños, de donde surgen dos tiendas: Cómics S. A., de Carlos Tron y Gustavo Martínez, y Mantícora Cómics de Eduardo Flores; de estas dos la única que sobrevive es Mantícora, cerca del metro Etiopía.
Cómics S. A., sin duda, sigue siendo el lugar más bello en el que alguna vez se vendieron cómics: recordarán el Spider Man que parecía mirar sobre toda avenida Universidad adherido a la fachada del lugar. La tienda se encontraba en un primer nivel, y quien gustase podía descender sobre un tubo cual Batman bombero. El lugar era amplio, grandes cantidades de luz entraban por sus ventanales y presentaba una oferta variada de cómics. Mantícora, aunque un lugar más reducido, siempre ha contado con buenas propuestas de cómics para coleccionistas, y siempre hará que uno salga de ahí rascándose el bolsillo. Eran otros tiempos, muy buenos, en los que el dólar anduvo entre 3 pesos y fracción y 5 devaluados pesos. Lástima que uno todavía no tenía el capital suficiente para comprarse todo lo que deseaba.
Por esta época, también se abrió la tienda Urantia Blue Comics, en algún lugar del estado de México; pero ésta, aunque nunca la conocí en su espacio físico, sí la encontré en las convenciones con su magnífica oferta. Hablando de convenciones de cómics, sepan que el primer gran evento de cómics e historietas que se hizo por aquella época no fue el realizado heroicamente durante varios años por Luis Gantús y Martín Arceo, sino una Feria de Historieta que se hizo en la ENEP (ahora FES) Aragón, en su auditorio Elefante Blanco, perdón: José Vasconcelos… quién iba a decirme que unos pocos años después entraría ahí a estudiar.
Como se escribió líneas arriba, cuando dos o tres puestos de Pericoapa ya no fueron suficientes, David Noriega tuvo que buscar un local, y este se encontró en Plaza Trico, saliendo de la estación Zapata, del Metro, sobre Félix Cuevas. Primero en un local en la parte de arriba, y poco después en un local abajo. Durante casi tres lustros esta tienda permaneció en esta plaza (al tiempo que Noriega abrió otros locales en Villa Coapa, Ciudad Satélite, Guadalajara, Querétaro y Monterrey) y junto a Mantícora y Comics S. A. se ha encargado de construir una escena de lectores en México. Hoy día ya hay otras tiendas, como BadaBing Cómics y Capital 8, esperemos permanezcan mucho tiempo.
En días pasados, se ha anunciado que por cambios en la mencionada plaza (que de hecho, ya no es Trico, sino La Esperanza… pero díganle ustedes no a la costumbre), la tienda tendrá que mudarse un par de calles adelante sobre la misma Félix Cuevas y, para la ocasión y aprovechando, cambiará su nombre a Fantástico (nombre que aunque no resulta del todo fantástico, en lo personal, se escucha y se mira mejor que Comicastle, sin duda).
Los tiempos cambian, ni modo.
Foto de Comicastle tomada de http://comicorp.blogspot.com
11 comentarios:
Sin duda curiosa anecdota la del vocho blanco, y en verdad en estos tiempos nadie se aventuraria a conseguir material de esta forma. Gracias por las anecdotas y recordar cuando el dolar nos permitia adquirir el material que queriamos con relativa facilidad
Ja ja ja ¡Que chido lo del vocho blanco!
Aunque ciertamente siniestro
Me pregunto qué andarán haciendo ahora los del vocho blanco...
No sabía lo del cambio de local de Comicastle. En Comics S.A. fue en donde ví por primera vez una página original. Era de Superman, dibujado por John Byrne, no podía creer lo que veían mis ojos: dibujos originales en una página con logos de DC en tinta azul e instrucciones para su reproducción. También recuerdo que una de mis primeras suscripciones allí mismo fue a la serie Body Bags, que a la fecha sigo coleccionando, aunque sale un número cada tres años.
Así es Mr. Blue. Yo creo que varios tuvimos nuestro primer contacto con originales en esa tienda, y sí, es algo que no se nos olvida. Pues me parece que desde el miércoles ya podrás pasar a la nueva sucursal de comic... bueno, de Fantástico. Saludos.
Lo del Vocho Blanco está muy loco; es una anécdota única y dudo mucho que en otras partes de México se diera algo similar...
Yo caí en Comics S.A. de pura chiripa y en Comicastle mucho tiempo después pero ya preguntando dónde podía conseguir algunos comics...
Es un privilegio que en el DF tengan una buena oferta de tiendas que ofrecen satisfacer nuestro vicio... por estas tierras jamás ha existido nada parecido, salvo un par de intentos que nunca despegaron...
Saludos!
Excelente post, compañero morningstar. Aahh, cuántos recuerdos, lo malo es, como dices, que en aquel entonces el dólar estaba a 5 varos y uno sin ganar lo suficiente para satisfacer los gustos. Y ahora que uno gana la lana el dólar anda por las nubes... uta madre.
Por cierto que mis primeros comics importados se los compré a Eduardo Ríos pocos años antes de que abriera la tienda de Petén (no puedo acordarme cómo se llamaba, carajo). Trato que se hizo, por cierto, en su automóvil (aunque sin llegar a los grados del siniestro vocho blanco). Los comics eran The Killing Joke y creo que A Death in the Family (para que se le quite lo preguntón).
En fin, con lo que cuesta tener una tienda ahora y con lo volátil del dólar, tal vez empiecen a pulular nuevamente las "tiendas" estilo vocho blanco. El mercado negro del cómic.
Pues sí, bien que mal, no podemos quejarnos en el DF de falta de oferta Roberto, ahora lo que hace falta es lana.
Olivier, efectivamente, te adelantaste a mi pregunta. Oye, y pues, igual y la tendencia vocho blanco comeinza de nuevo en este naciente milenio ante la carestía... no estaría mal.
Saludos
Mi estimado Olivier... Mi apellido es Flores, no Ríos! ;)
Y si, inicié vendiendole a Carlos, Gustavo, a ti, y a algunos mas...
La tienda, en Peten, abrió sus puertas el 10 de Octubre de 1992.
Y aunque ya no estoy en Xola, sigo con la tienda en Diagonal y Yacatas.
¡Que tiempos aquellos!
Eduardo
Bueno, ahi ésta ya una precisión de Eduardo Flores. Saludos
Uranthia Comics, estaba abajo de plaza satelite en una mini palza comercial, atendian 2 tipos y su hermana..eran buenisima onda y te explicaban a grandes rasgos los arcos principales...recuerdo que me regalaron un cartón de Spiderman cuando cerraron la tienda...
Saludos
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